viernes, 27 de marzo de 2015

Agradecida por siempre con mi Señor




Yo le he dicho al Señor: Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno. 
Salmo 16:2.


Lectura: Salmo 16:1-11.  Versículo del día: Salmo 16:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Igual que David reconozco a mi Señor; igual que Pedro le digo que no tengo a dónde más ir. Sí y sí. El Señor es mi todo, sé que sin Él no soy capaz de continuar. “Tú, Señor, eres mi porción y mi copa; eres tú quien ha afirmado mi suerte” (v. 5). Es el Señor el que cada mañana renueva mis fuerzas y con su amor característico me instruye y aconseja. Es también el que en la quietud de la noche me reprende (v. 7).  ¿Cómo no he de estar agradecida, después de experimentar tanto amor y bondad para conmigo? En tiempos de tempestades y borrascas cuando creo haberlo perdido de vista, me toma en sus brazos como a mujer débil e indefensa y me dice: “No temas, yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa” (Isaías 41:10).  De verdad, que es fácil advertir su amor incondicional.  El Señor es el único que nos ama tal como somos. Que nos reprende y enseña sí; ¡claro que sí! “Por eso mi corazón se alegra, y se regocijan mis entrañas; todo mi ser se llena de confianza” (v. 9 en la lectura).

Amado Señor: Hoy mi súplica es porque cada persona que esté leyendo este devocional, sienta tu presencia en su vida; comprenda que no hay amor más grande que el tuyo y que fuera de Ti nada es posible. Te pido Jesús que llegues a todo corazón adolorido y agobiado y que seas Tú mismo proveyendo el calor y abrigo que se necesita. Gracias mi buen Señor por escuchar mi oración y por todo lo que has hecho conmigo. No tengo palabras para expresarte mi eterno agradecimiento. ¡Te amo mi Dios y Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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