sábado, 21 de marzo de 2015

No temas mujer, el Señor es tu Redentor




¿Hasta cuándo he de estar angustiado y he de sufrir cada día en mi corazón? ¿Hasta cuándo el enemigo me seguirá dominando? 
Salmo 13:2.


Lectura: Salmo 13:1-8.  Versículo del día: Salmo 13:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Tengo una gran amiga que está luchando por ser capaz de separarse de su esposo quien la maltrata física y psicológicamente y también se hace la misma pregunta del salmista: ¿Hasta cuándo voy a seguir angustiada, estresada y humillada? Personalmente considero que cada persona es libre y autónoma de tomar decisiones drásticas en momentos cruciales. Si la persona afectada no se levanta y dice: ‘no más’, nadie puede hacer por ella, lo que solamente a esa persona le corresponde. Y no es el caso exclusivamente de mi amiga, también conozco incluso hogares donde la situación es al revés: mujeres dominantes, pendencieras, agresivas, rencillosas y ellos, no son capaces de hacerse sentir. La Biblia dice que es mejor habitar en el desierto que estar al lado de una mujer así (Proverbios 21:19).
Me ocuparé de las mujeres agredidas por hombres machistas que todavía consideran al sexo femenino como débil e incompetente y tal vez, su misma inseguridad los vuelca a enfrentarse hacia ellas porque muy seguramente frente a otro hombre no son capaces de hacerlo. ¡Les falta hombría! Mi amiga dice: ‘¡si no salgo de esa casa me voy a volver loca!’ y hasta las ganas de vivir se le han fugado. Yo la entiendo y muy bien. Pienso que tiene que hacerse valer, aunque se haya demorado tanto. La mujer fue creada para que fuera ayuda idónea del hombre; sacada de cerca al corazón porque necesita mucho amor y de un costado porque necesita de unos brazos que la mimen y protejan. No fue obtenida de los pies para que la pisoteen y arrastren; aunque tampoco de la cabeza para que sea ella la que domine al hombre.  En su inmensa sabiduría Dios a cada uno le dio una misión para cumplir. Pero señores, déjenme decirles que sobre ustedes recae la mayor responsabilidad  porque deben de amar a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia que se entregó por ella para hacerla santa, pura y limpia y poderla presentar radiante, sin mancha ni arruga alguna. Así mismo dice este pasaje, debe amar el esposo a su esposa  (Efesios 5:25-28). Con todo respeto: ¿Si son ustedes capaces de amar de ese modo a sus esposas?

Amado Señor: Te ruego por todas las mujeres que son víctimas de sus propios maridos y que por temor y falta de recursos tienen que aguantar una vida indigna. Gracias Padre porque Tú dices que eres el esposo para la maltratada y humillada. Ella ya  no será más avergonzada; Tú la llamarás como a esposa abandonada y mujer angustiada de espíritu. ¡Gracias por tu sostén Señor!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: