miércoles, 10 de diciembre de 2014

¿Y tú que tienes para dar?




Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra. 
Mateo 2:11.


Lectura: Mateo 2:1-12.  Versículo del día: Mateo 2:11.

MEDITACIÓN DIARIA

Luces que titilan, canciones especiales, compras de regalos, comidas exquisitas y abundantes; todo esto encierra esta época tan bonita. Por ningún motivo dejemos apagar el espíritu de la Navidad. Muy seguramente Jesús no nació exactamente en esta fecha, pero nació y eso es lo que cuenta. Y si hoy se celebra, pues gozosos los cristianos del mundo entero nos unimos a celebrar su onomástico. Los sabios de oriente, comúnmente llamados reyes magos, se acercaron al establo donde nació Jesús para adorarle y ofrecerle oro, incienso y mirra, reconociéndolo como el Rey celestial. Yo creo que todos tenemos algo para darle también; porque paradójicamente, celebramos el cumpleaños del Señor Jesús y en vez de ser nosotros los que debemos brindarle, esperamos que sea Él quien nos dé.
Lo primero que el Señor desea que le entreguemos es el corazón de cada uno. Y a los que ya lo hemos hecho, que por su mismo amor vayamos hacia el desvalido o desprotegido para llevarles alimento para el cuerpo y para el alma; a compartirles un poco de alegría, de esparcimiento y bienestar: “El Rey les responderá: Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí” (Mateo 25:40). La Navidad es unión, es compartir, es perdonar y ante todo amar del mismo modo que Dios nos amó. Nadie puede decir que no tiene nada para dar. Escudriñemos hasta el fondo nuestro ser y comprobemos cuántas cosas tenemos escondidas que podemos ofrecer.

Amado Señor: Permite que en este tiempo demos algo de las bendiciones con las que nos has favorecido durante el año. Queremos ser generosos llevando alegría y consuelo a tanto necesitado, especialmente a los niños que viven en situaciones sórdidas, desamparados y olvidados.

Un abrazo y bendiciones.

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