Entonces dijo María: —Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.Lucas 1:46-47.
Lectura: Lucas
1:46-56. Versículos del día: Lucas
1:46-47.
MEDITACIÓN DIARIA
María, la madre de Jesús,
se convirtió en la primera persona en aceptar al Señor en su vida (Lucas 1:38). Lo aceptó y elevó un canto contando sus maravillas y exaltándolo
al darse cuenta de la grandeza de su poder y de lo que había hecho,
considerándose insignificante dentro de las tribus de Israel. No solamente en ella
se fijó Dios al elegirla; también escogió un pequeño pueblo para que fuera la
cuna del Redentor de la humanidad: “Pero de ti, Belén Efrata, pequeña entre los
clanes de Judá, saldrá el que gobernará a Israel; sus orígenes se remontan
hasta la antigüedad, hasta tiempos inmemoriales” (Miqueas 5:2; Lucas 2:4-7).
He escuchado a personas
que dicen no aceptar al Señor todavía en sus vidas porque se imaginan muy poca
cosa y esperan cambiar antes para hacerlo. Esta es otra de las mentiras con las
que a diario trama Satanás a las personas, para hacerlas desistir precisamente de
la salvación. Es que si el Señor no obra en la vida de aquellos quienes lo
reciben, así sea el pecador más grande, ¿Cómo se puede llegar a demostrar su
poder y gloria?
Me impacta de María, su
capacidad y disposición para alabar al Señor. Ojalá todos tuviéramos esa unción
y al reconocer lo que hace el Salvador en nuestras vidas, le compusiéramos un
cántico nuevo para demostrarle nuestra gratitud. Nunca se nos debe olvidar quiénes
éramos antes de conocer al Señor y de dónde nos rescató Él.
Amado Señor: Nosotros
también reconocemos tu amor, misericordia y poder en nuestras vidas. Te
adoramos y ensalzamos tu nombre, porque sin merecerlo, te has dignado mirarnos
con ojos de compasión y nos has hecho
personas completamente nuevas en ti. Nos faltan palabras para expresarte la
gratitud y exaltación que mereces, pero humildemente te decimos: ¡Gracias
bendito Dios!
Un abrazo y
bendiciones.
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