viernes, 5 de diciembre de 2014

El poder de la oración




La oración del justo es poderosa y eficaz.  
 Santiago 5:16b.


Lectura: Santiago 5:13-20.  Versículo del día: Santiago 5:16b.

MEDITACIÓN DIARIA

La oración es un arma poderosa que debemos aprender a utilizar los cristianos. La eficacia es la capacidad para producir el efecto deseado. Así que cuando un cristiano ora fervientemente a Dios, Dios no se hace el de la vista gorda. Escucha y actúa de acuerdo a su santa voluntad. “¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y si ha pecado, su pecado se le perdonará” (vv. 14-15).
No solamente el Señor se manifiesta en sanidades; a través de la oración podemos obtener muchas peticiones. En ese mismo pasaje, Santiago nos dice que Elías era exactamente igual a nosotros y primero oró porque no lloviera y por tres años y medio no llovió. Luego oró porque lloviera y así sucedió (vv. 17-18). La Biblia está llena de ejemplos en donde se oraba por diferentes situaciones y Dios contestaba: Abraham, Moisés, Josué, Jabes, Gedeón, Ana, Elías,  Jesús, Pedro y Pablo son algunos de ellos. Su fidelidad es tan alta que no alcanzamos a vislumbrar hasta dónde llega su misericordia. Aprendamos a estar en continua comunicación con nuestro Amado Señor. ¡Hay tanto para rogarle! Y no necesitamos estar apartados; claro que habrá momentos de intimidad con Dios, donde queremos estar a solas con Él. Pero no dejemos que las circunstancias nos alejen de la oración. Al contrario, podemos mientras estamos desarrollando cualquier otra actividad, orar al Señor, confiar en Él y esperar los resultados. Dios oye a los piadosos y a quienes hacen su voluntad (Juan 9:31).

Amado Señor: Muchas gracias porque sabemos que estás interesado en todo lo que nos pasa personalmente y a nuestro alrededor. Gracias porque Tú escuchas la oración del justo y nos permites ver tu benevolencia en las respuestas que nos das. ¡Te alabamos Señor y bendecimos tu Nombre!

Un abrazo y bendiciones.

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