Pero cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo.Mateo 1:20.
Lectura: Mateo
1:18-25. Versículo del día: Mateo 1:20.
MEDITACIÓN DIARIA
Personalmente considero
que desde el mismo momento de la concepción de Jesús, por intermedio de Él,
Dios quiso salvaguardar a la mujer y levantarla en dignidad y honra. Esto no
era notorio en el Antiguo Testamento, pero en el Nuevo las mujeres jugaron un
papel importante en el ministerio del Señor. La virgen María, madre de Jesús
nos da una lección de humildad y valentía al aceptar las palabras del ángel
Gabriel anunciándole el propósito de Dios con ella (Lucas 1:38). Más tarde la
profetisa Ana dando gracias a Dios, le hablaba del niño a todos los que
esperaban la redención de Jerusalén (Lucas 2:38). El Señor en su vida pública,
sanó mujeres e incluso demostró consideración hacia ellas (Lucas 8:43-48).
Marta y María hermanas de Lázaro debieron recibir de Jesús enseñanzas que
afianzaron su fe, para más tarde afirmarle Marta que creía que Él era el
Cristo, el Hijo de Dios que vendría al mundo (Juan 11:27). La mujer samaritana,
a quien Jesús confrontó con bondad y misericordia (Juan 4:1-26). También están
las mujeres que tuvieron el valor de seguirlo hasta el Gólgota (Mateo 27:55) y
algo de lo que nosotras debemos sentirnos orgullosas es que fueron mujeres las
primeras en encontrar la tumba vacía y ver a Jesús resucitado (Mateo 28:1-10).
Se me quedarán por
fuera muchos otros ejemplos, pero con estos nos basta para entender lo que
significamos las mujeres para Dios. Tenemos la misma o más capacidad del hombre
espiritualmente y somos iguales a los ojos de Él : “Ya no hay judío ni griego,
esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en
Cristo Jesús (Gálatas 3:28).
Para ti mujer: Jesús
vino a dignificarte y valorarte; con Cristo puedes ser verdaderamente libre de
pecados, de enfermedades y de las acechanzas del maligno; no permitas que nadie
te desprecie ni que pase por encima de lo que vales y significas. El Señor
Jesucristo es tu Redentor en cualquiera de las áreas de tu vida y especialmente
vino para darte vida eterna. No menosprecies lo que Él hizo por ti.
Amado Señor: Te doy
gracias por todas las mujeres que has utilizado para continuar tu obra
evangelizadora aquí en la tierra y te ruego por las que todavía no te han
conocido y viven esclavas en un mundo agresivo y vacío que las difama. Gracias
por lo que hiciste al elevar a la mujer y ser el primero en concederle un
espacio especial a tu lado.
Un abrazo y
bendiciones.
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