Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.Isaías 7:14 (VRV).
Lectura: Isaías 7:1-16 (VRV). Versículo del día: Isaías 7:14.
MEDITACIÓN DIARIA
Tomé la lectura y el
versículo en especial de la Versión Reina Valera, porque me parece
importantísimo resaltar que el Señor Jesús nació de una mujer joven pero virgen.
La Biblia dice que María no había conocido varón alguno (Lucas 1:34), cuando el
ángel Gabriel le anunció el nacimiento de Jesús por obra del Espíritu Santo.
Próximamente celebraremos
la Navidad; la profecía de más o menos siete siglos antes se cumpliría. Su
nombre sería Emmanuel que significa ‘Dios con nosotros’ (Mateo 1:23). Emmanuel, Dios con nosotros vino a este mundo
en forma humana y le conocemos con el nombre de Jesús, tal y como el ángel
Gabriel le trasmitió la orden tanto a María (Lucas 1:31), como a José: “porque
él salvará a su pueblo de sus pecados”. (Mateo 1:21). Jesús es el Mesías, el Ungido
de Dios, el Redentor de la humanidad, el Cristo crucificado. Por eso es tan importante
su nacimiento; Él es la luz de la humanidad que resplandece en las tinieblas “y
las tinieblas no han podido extinguirla” (Juan 1:5). El ‘Dios con nosotros’ se convierte en el
libertador de nuestros pecados. Todos desde Adán estamos atados al pecado, por
eso Dios tuvo que enviar a su propio Hijo Amado para que nos librara de las
garras del infierno. Todo aquel que cree en el nombre del Hijo de Dios será
salvo (Juan 3:16); y todo el que lo recibe entra a formar parte de la familia
de Dios (Juan 1:12). Jesús es nuestro Salvador (Lucas 2:11); es la Verdad que
nos hará libres (Juan 8:31) del yugo del pecado.
¡Tanto favor de Dios
por nosotros no podemos desperdiciarlo! Es el momento propicio a la celebración
de su nacimiento que destronemos el ego que no nos permite darle a Jesús el
sitio que le corresponde en nuestra vida. Vino a estar con nosotros y ese es su
deseo: que nadie se pierda sino que todos lleguen al arrepentimiento (2 Pedro
3:9). “De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro
nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
Aceptemos a Jesús en nuestras vidas.
Amado Jesús: Gracias
por venir al mundo y darnos a conocer la obra redentora de Dios por tu
sacrificio en la cruz. Gracias porque nos has permitido conocerte y creer
firmemente en tus palabras. Gracias por todos los que leen este devocional y
ahora te aceptan como Señor y Salvador personal. Gracias porque por tu
nacimiento tenemos ahora la vida eterna a tu lado. ¡Eres el Gran Yo Soy, el
Salvador de la humanidad! Estamos tan agradecidos contigo que no tenemos
palabras para expresártelo. Recibe nuestra oración buen Señor.
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario