lunes, 22 de diciembre de 2014

Quisiera tener la elecuencia más sublime para Ti




De generación en generación se extiende su misericordia a los que le temen. 
Lucas 1:50


Lectura: Lucas 1:46-55. Versículo del día: Lucas 1:50

MEDITACIÓN DIARIA

Estoy convencida que Dios utiliza diferentes medios o personas para hablarnos. Ayer después de ver unos cortos acerca del nacimiento de Jesús y escuchar el cántico de María alabando a Dios, recapacité sobre lo que significaba para ella el haber sido escogida como madre del Salvador en su naturaleza humana. Y es que María dejó que su corazón se desbordara en gratitud y alabanza a Dios; sus palabras debieron salir muy sinceras desde el fondo de su ser. A lo largo de la presentación estuve recapacitando y pensando en lo mismo y me preguntaba por qué nosotros no hacemos lo mismo cuando recibimos al Señor en nuestras vidas. Si hubo algo que me impactó, fue la sinceridad con que esta actriz que representaba a María, hablaba. Y yo me seguía preguntando: ¿Si esto fue ella, cómo sería la verdadera María? María sí entendió en toda su magnitud el suceso de la obra que Dios estaba comenzando en favor de la humanidad y de la cual era partícipe empezando por ella misma: “y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (v. 46), porque de generación en generación se extiende su misericordia.
No dejes pasar el tiempo; haz un alto y dedícale un espacio especial al Señor. Esta época es propicia ya que los corazones en general están alegres y dispuestos. ¡Hazlo!

Amado Señor: Quisiera que brotaran de lo más recóndito de mi ser, palabras que demuestren el  profundo amor y reconocimiento que me inspiras. No soy más que una hija tuya sin elocuencia alguna para dirigirme a Ti mi Señor. Igual que María también quiero decirte que me regocijo  porque eres mi Dios y Salvador personal. Gracias por haber nacido en un humilde pesebre y por todo lo que después hiciste por mí. ¡Gracias buen Jesús!

Un abrazo y bendiciones.

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