domingo, 28 de diciembre de 2014

Hay que exhortar y reprender con toda autoridad



A fin de cuentas, más se aprecia al que reprende que al que adula. 
Proverbios 28:23.


Lectura: Proverbios 28:1-28.  Versículo del día: Proverbios 28:23.

MEDITACIÓN DIARIA

Pensé hacer el devocional sobre el perdón, pero el Espíritu Santo me mostró a través del mismo lo que a continuación describo:
El perdón a veces lo vemos muy fácil, pero como dicen: ‘los toros se miran desde la barrera’. He conocido gente que perdona una y otra vez a la misma persona, quizá basándose en lo que el Señor enseña sobre el perdón y  también  pregunto: ¿Hasta dónde el agredido ha sido manipulado por el agresor? Si el agresor sabe de antemano que haga lo que haga siempre va a encontrar un corazón perdonador. Él perdonado pasa por encima de la otra persona vulnerando hasta su dignidad y  llega el momento en que el perdón para éste se convierte es en alcahuetería. Personalmente creo que hay que distinguir muy bien entre perdonar y alcahuetear. Cubrir la falta no hace bien; hay que reprender al agresor: “Más vale ser reprendido con franqueza que ser amado en secreto. Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa” (Proverbios 27:5-6).
Si en verdad se quiere ganar al hermano, se debe encarar el problema y disciplinarlo. Tito dice muy claro: “Esto es lo que debes enseñar. Exhorta y reprende con toda autoridad. Que nadie te menosprecie” (Tito 2:15). La reprensión sabia conduce a la disciplina y por ende a la restauración. Preguntémonos si nos hace falta reprender más, para también recibir más.

Amado Señor: Te pedimos sabiduría para entender a los que no atienden la corrección y con amor enseñarles disciplina como Tú a diario nos la enseñas. Gracias buen Señor.

Un abrazo y bendiciones.

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