miércoles, 24 de diciembre de 2014

¡Para Tí mi buen Jesús!






Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad.
Lucas 2:14.

 


Lectura: Lucas 2:8-20.  Versículo del día: Lucas 2:14.

Mi buen Jesús: Mis pensamientos evocan el momento de tu nacimiento y sin estar presente imagino esa noche larga y lúgubre en sus primeras horas para María y José. Pero bastó solo un instante para que con tu llegada todo cambiara y el cielo se llenara de luz y resplandor. Las estrellas bailaban a tu alrededor y la principal, anunciaba que ahí posaba el Niñito que eras Tú. Me imagino ese establo lúgubre, maloliente, oscuro y frío dar un vuelco victorioso y los rayos luminosos de tus ojos, resplandeciendo sobre las pajas y el heno que te abrigaban. Como hubiese querido estar a tu lado para arrullarte mi Niñito; para tararearte canciones de cuna y adorarte no con ofrendas de oro, incienso y mirra, sino con mis manos, mis pies, mis labios y mi corazón. ¿Cómo poder entender lo que pasó esa noche? Ninguna mente puede imaginar la alegría del Padre celestial, complacido por empezar la obra redentora de la humanidad.
Como decía el villancico que aprendí desde pequeña: Sí.   ¡Ruido y más ruido; toquen las panderetas porque la profecía ya se ha cumplido! ¡Si lo vemos entre pajas junto a un buey, algún día lo veremos en la gloria como un Rey!

Un abrazo y bendiciones.

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