Así nos visitará desde el cielo el sol naciente, para dar luz a los que viven en tinieblas, en la más terrible oscuridad, para guiar nuestros pasos por la senda de la paz.Lucas 1:78b-79.
Lectura: Lucas 1:67-80. Versículos del día: Lucas 1:78b-79.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor Jesús,
Salvador del mundo es ese sol naciente que viene del cielo a visitarnos y sacar
de las garras del infierno a las personas. El sol naciente es la luz de su
gloria; el resplandor eterno que tendremos si hemos decidido que nos
visitara. Es también el sol de justicia
y de paz. No nos dejemos engañar por Satanás para hacernos creer que somos lo
suficientemente buenos y no necesitamos al Señor, porque así como el sol sale
en las mañanas para iluminar y dar calor a todos por igual, así también ese Sol
naciente que es el Hijo de Dios, viene a ofrecer su luz a la humanidad completa
y de cada uno depende si le permite brillar en toda su extensión o solamente
una luz tenue que apenas alcance para
pasar a medias la carrera hacia la vida celestial. O de pronto, ni siquiera desea que la luz de Jesús ilumine su vida.
Los tiempos que se
están viviendo son malos. Lo mejor es
brillar en medio de las tinieblas reinantes para llevar luz donde hay
tanta oscuridad. El Sol naciente, nuestra alborada con sus rayos destellantes nos permite caminar junto a Él gozando de su
resplandor. Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad; así que si tenemos su
luz pero vivimos en oscuridad, nos hacemos mentirosos y Dios no está en
nosotros (1 Juan 1:5-6). Una cosa es
vivir en oscuridad y otra bien diferente es brillar en medio de ella. Aceptemos
al Sol naciente que vino a la tierra hace dos milenios y vivamos cobijados bajo
sus destellos resplandecientes para que su luz nos alumbre aún en el ocaso del
atardecer.
Amado Señor: Eres el
Sol naciente que iluminas nuestros pasos. No queremos por ningún motivo
dejarnos llevar por las tinieblas; nuestro deseo es terminar el día con los
rayos aún fulgurantes del ocaso del sol, para que otros también puedan
conocerte y continuar la obra encomendada de tu mensaje de salvación.
Un abrazo y
bendiciones.
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