¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!Salmo 42:11.
Lectura: Salmo
42:1-11. Versículo del día: Salmo 42:11.
MEDITACIÓN DIARIA
Si
en realidad estamos cogidos de la mano de Dios, no debemos permitir que los
problemas nos aflijan y nos roben la
paz. “Ésta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor,
y de noche su canto me acompañe” (v. 8).
Cuando aceptamos al Señor en nuestras vidas, estamos dando públicamente un acto
de fe: “Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se
confiesa para ser salvo” (Romanos 10:10).
Todo
lo terrenal es pasajero y por más que el día se vea oscuro no hay nada que
temer. El mañana tiene una esperanza; una esperanza gloriosa en Cristo Jesús. “¡Él es mi Salvador y mi Dios!” (Salmo 42:11).
Amado
Señor: Muchas gracias porque Tú vas adelante de las aflicciones abriéndonos
camino hacia la meta celestial. Tú eres el Dios que nos amas y el libertador de
nuestras almas. En Ti tenemos un día agitado y un mañana victorioso; cada nuevo
amanecer nos renueva la esperanza de un reencuentro admirable contigo.
Un
abrazo y bendiciones.
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