sábado, 27 de diciembre de 2014

Un nuevo amanecer conrenovadas esperanzas




¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré.  ¡Él es mi Salvador y mi Dios! 
Salmo 42:11.


Lectura: Salmo 42:1-11.  Versículo del día: Salmo 42:11.

MEDITACIÓN DIARIA

Si en realidad estamos cogidos de la mano de Dios, no debemos permitir que los problemas nos aflijan  y nos roben la paz. “Ésta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor,  y de noche su canto me acompañe” (v. 8). Cuando aceptamos al Señor en nuestras vidas, estamos dando públicamente un acto de fe: “Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo” (Romanos 10:10).
Todo lo terrenal es pasajero y por más que el día se vea oscuro no hay nada que temer. El mañana tiene una esperanza; una esperanza gloriosa en Cristo Jesús.  “¡Él es mi Salvador y mi Dios!” (Salmo 42:11).

Amado Señor: Muchas gracias porque Tú vas adelante de las aflicciones abriéndonos camino hacia la meta celestial. Tú eres el Dios que nos amas y el libertador de nuestras almas. En Ti tenemos un día agitado y un mañana victorioso; cada nuevo amanecer nos renueva la esperanza de un reencuentro admirable contigo.  

Un abrazo y bendiciones.

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