sábado, 1 de noviembre de 2014

Que nuestro afán sea buscar al Señor




¿Qué provecho saca el hombre de tanto afanarse en esta vida? 
Eclesiastés 1:3.


Lectura: Eclesiastés 1:1-17.  Versículo del día: Eclesiastés 1:3.

MEDITACIÓN DIARIA

La vida es demasiado corta, era el título de un libro que leí hace unos años. Si nos ponemos a ver, muchas veces sufrimos y nos amargamos por tonterías. Perdemos el gozo y no aprovechamos ni siquiera los momentos especiales que tenemos con los nuestros. “Generación va, generación viene, mas la tierra siempre es la misma. Sale el sol, se pone el sol, y afanoso vuelve a su punto de origen para de allí volver a salir” (vv. 4-5). Como dice la canción: ‘Al final la vida sigue igual’. Sigue igual, si como personas que decimos ser creyentes, no somos capaces de marcar la diferencia. En mi concepto debemos tomar la vida con calma, sin atafagos pero con sentido. Puede pasar generación tras generación pero de nosotros está que los que vienen también conozcan de Dios, le crean a Dios y confíen en Dios. La Palabra de Dios es para compartirla empezando por los de nuestro entorno más cercano que son los componentes de la familia: “Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando.  Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.  Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca;  escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades” (Deuteronomio 6:6-9).
Hay que tener metas y alcanzarlas nos trae satisfacción. El trabajo de por sí, no es una carga, es una bendición.  Todo esto está muy bien; pero cuando ponemos esas metas o el trabajo por encima de Dios o de la familia, no estamos haciendo nada. Estamos pecando porque nos hemos hecho de la vida misma un ídolo. Y mirándolo bien, es preferible  comer poco en paz, que mucho en atafagos. ¿Qué importa trabajar y trabajar sin descanso alguno, si al final nada de eso se va a disfrutar? ¿O si se ha cambiado trabajo por familia? “Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma?” (Mateo 16:26 Biblia de las Américas).
Pidámosle al Señor que nuestro afán se convierta en buscarlo de corazón, para que de ese modo todos nuestros intereses estén completamente controlados por Él.

Amado Señor: te pedimos que te sientes en el trono de nuestra vida para que seamos ecuánimes en el proceder y podamos gobernar de tu mano cada una de las áreas de nuestra vida entendiendo las prioridades que tenemos y que nos ayudarán a vivir con el único afán de conseguir la meta celestial.

Un abrazo y bendiciones. 

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