viernes, 21 de noviembre de 2014

Su voluntad es buena, porque Él es bueno




No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. 
Romanos 12:2.


Lectura: Romanos12:1-21.  Versículo del día: Romanos 12:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Dios nunca desea el mal para nosotros; el mal entró al mundo por causa del pecado. El hombre fue creado para que tuviera una relación perfecta con su Creador; pero debido a su egoísmo, escogió su propio camino y la relación con Dios se interrumpió; más o menos esto era lo que decía el folleto con el que conocí del Señor—, y así es. Tenemos la tendencia a creer que Dios es malo por las cosas que suceden bien sea personalmente o a nuestro alrededor. El Señor mismo dijo lo siguiente: “Nadie es bueno sino sólo Dios” (Lucas 18:19b). Dios es bueno y es soberano. Esto lo entendemos cuando como nos dice Pablo, vamos renovando la mente y solamente lo logramos si hemos conocido en verdad al Señor. Al reconocer a Jesucristo como Salvador del mundo en nuestras vidas, entra también a formar parte el Espíritu Santo y es su Santo Espíritu quien nos empieza a mostrar los errores que tenemos y a enseñar sus verdades. El nuevo hombre se va renovando hacia el verdadero conocimiento de Aquel que lo creó (Colosenses 3:10). Cuando entendemos que somos sus hijos, entendemos que Dios como Padre desea lo mejor: “Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!” (Lucas 11:13).
Por mis experiencias vividas, puedo recomendar que siempre que llegue una aflicción, no preguntemos ¿por qué? Más bien busquemos un ¿para qué? Reflexionemos e indaguemos el fin de Dios con ese desconsuelo y entendamos que su voluntad siempre es buena, agradable, perfecta y está dentro de su soberanía. Su voluntad es buena, porque Él es bueno.

Amado Señor: Permite que no nos dejemos llevar por las banalidades del  mundo y sus riquezas. Enséñanos a tener una actitud firme y consecuente frente a los designios tuyos y a mirar siempre en línea recta hacia ti, reconociendo que tu voluntad es buena, agradable y perfecta porque eso eres Tú.

Un abrazo y bendiciones.

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