Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor.Apocalipsis 2:4.
Lectura: Apocalipsis
2:1-7. Versículo del día: Apocalipsis
2:4.
MEDITACIÓN DIARIA
Quizá muchos cristianos
se identifican con el pasaje del día. Trabajan arduamente en la obra del Señor;
muestran celo por su Nombre y desenmascaran a los falsos maestros; perseveran y
sufren (vv. 2 y 3). Preguntaríamos ¿qué
es entonces lo que falta? No sé si estaré equivocada, pero yo recuerdo cuando
conocí al Señor lo que fue mi primer amor con Él y quizá sobre esto puedo dar
mi concepto. Antes consideraba que si había crecido en un hogar de religión
tradicional y formada por monjas, ya sabía todo lo perteneciente a Dios. ¡Qué
equivocada estaba! No tenía ni la menor idea de lo que era tener en verdad al
Señor morando conmigo y ese encuentro tan especial me llevaba a hablar a
diestra y siniestra del Dios que había conocido personalmente. Hablaba de mi
Señor en la calle, en los buses y por ende en mi casa, sin importarme que me hicieran la guerra por haber abandonado los
principios que allí me inculcaron. Es que no podía dejarlo; digamos que si
antes decía que lo conocía ahora bien podía afirmar que creía firmemente en Él.
Y ese denuedo para compartir a otros del
Señor, creo que hace parte fundamental del primer amor. Actualmente las
iglesias están colmadas de fieles, pero tal vez fieles que simplemente han
cambiado de religión pero que poco se comprometen con Dios. Las mismas iglesias
llevan a esta situación.
Le doy gracias al Señor
por haberme permitido llegar a sus pies en una congregación donde lo más importante
después de recibirlo, era llevar el mensaje de salvación con diligencia. La
verdad en ningún otro grupo o iglesia he visto tanta agresividad para compartir
como allí. Yo misma tengo que decir que al dejar la práctica de hacerlo
constantemente, me he enfriado y ya me es
difícil tomar nuevamente los bríos antiguos. ¡Perdóname Señor!
En verdad, quiero
volver a retomar aquello que abandoné. Deseo ardientemente enamorarme nuevamente
de mi Señor como en aquellos primeros albores de mi cristianismo. Y esta es la
reflexión que les dejo para que seamos menos ritualistas y volvamos al primer
amor, especialmente hablándole al mundo perdido sobre el amor de Dios a través
de su Hijo Jesucristo.
Amado Señor: Te pedimos
perdón por haber abandonado el primer amor contigo y en especial por no
compartir tu mensaje de salvación. Enséñanos a retomar nuevamente todo aquello
que nos hizo enamorarnos de ti; de hablar de lo que eres e hiciste por
nosotros; de compartir a los perdidos tu amor incondicional. ¡Gracias buen
Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario