sábado, 15 de noviembre de 2014

Volver al primer amor



Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. 
Apocalipsis 2:4.

Lectura: Apocalipsis 2:1-7.  Versículo del día: Apocalipsis 2:4.

MEDITACIÓN DIARIA

Quizá muchos cristianos se identifican con el pasaje del día. Trabajan arduamente en la obra del Señor; muestran celo por su Nombre y desenmascaran a los falsos maestros; perseveran y sufren (vv. 2 y 3).  Preguntaríamos ¿qué es entonces lo que falta? No sé si estaré equivocada, pero yo recuerdo cuando conocí al Señor lo que fue mi primer amor con Él y quizá sobre esto puedo dar mi concepto. Antes consideraba que si había crecido en un hogar de religión tradicional y formada por monjas, ya sabía todo lo perteneciente a Dios. ¡Qué equivocada estaba! No tenía ni la menor idea de lo que era tener en verdad al Señor morando conmigo y ese encuentro tan especial me llevaba a hablar a diestra y siniestra del Dios que había conocido personalmente. Hablaba de mi Señor en la calle, en los buses y por ende en mi casa, sin importarme que  me hicieran la guerra por haber abandonado los principios que allí me inculcaron. Es que no podía dejarlo; digamos que si antes decía que lo conocía ahora bien podía afirmar que creía firmemente en Él. Y  ese denuedo para compartir a otros del Señor, creo que hace parte fundamental del primer amor. Actualmente las iglesias están colmadas de fieles, pero tal vez fieles que simplemente han cambiado de religión pero que poco se comprometen con Dios. Las mismas iglesias llevan a esta situación.
Le doy gracias al Señor por haberme permitido llegar a sus pies en una congregación donde lo más importante después de recibirlo, era llevar el mensaje de salvación con diligencia. La verdad en ningún otro grupo o iglesia he visto tanta agresividad para compartir como allí. Yo misma tengo que decir que al dejar la práctica de hacerlo constantemente, me he enfriado y  ya me es difícil tomar nuevamente los bríos antiguos.  ¡Perdóname Señor!
En verdad, quiero volver a retomar aquello que abandoné. Deseo ardientemente enamorarme nuevamente de mi Señor como en aquellos primeros albores de mi cristianismo. Y esta es la reflexión que les dejo para que seamos menos ritualistas y volvamos al primer amor, especialmente hablándole al mundo perdido sobre el amor de Dios a través de su Hijo Jesucristo.

Amado Señor: Te pedimos perdón por haber abandonado el primer amor contigo y en especial por no compartir tu mensaje de salvación. Enséñanos a retomar nuevamente todo aquello que nos hizo enamorarnos de ti; de hablar de lo que eres e hiciste por nosotros; de compartir a los perdidos tu amor incondicional. ¡Gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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