sábado, 29 de noviembre de 2014

Todos necesitamos ser disciplinados




Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo. 
Hebreos 12:5-6.


Lectura: Hebreos 12:1-12.  Versículos del día: Hebreos 12:5-6.

MEDITACIÓN DIARIA

“¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina?” (v. 7). Si no lo hiciese, pensaríamos que poco le interesamos. Hemos aprendido a respetar a los padres terrenales con disciplina, entonces no hay por qué rechazar la de nuestro Padre celestial que es la que nos conduce a la santidad (vv. 9-10). ¡Qué buena satisfacción se siente cuando los hijos crecen y miramos lo que son! En verdad nos sentimos orgullosos y pensamos: ‘gracias Dios porque hice bien la tarea con ellos’. De igual manera lo hace el Señor: su fidelidad lo lleva a completar la buena obra en cada uno de sus hijos (Filipenses 1:6). Cuando estamos viviendo diferentes pruebas, podemos llegar a pensar que Dios no nos ama porque nos trata con dureza, pero más tarde comprobaremos los buenos resultados de su corrección.  “Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella” (v. 11). E incluso muchas veces nuestro Padre permite una situación aparentemente desagradable, con el fin de prevenirnos de otras peores.
Tenemos que aprender a ser sabios y no ver la disciplina como castigo sino lección. Después cosecharemos frutos de entereza y rectitud, llenos de la tranquilidad y regocijo que nos producirán  nuevos aires para renovar las fuerzas debilitadas y continuar por la senda correcta (vv. 12 y 13 en la lectura).Todos necesitamos ser disciplinados por Dios.

Amado Padre Celestial: Gracias porque Tú más que nadie nos conoces tal cual somos y sabes qué áreas de nuestras vidas aún están cargadas de vicios y pecados que ni siquiera detectamos. Gracias porque tu disciplina es un renuevo de actitudes para vernos totalmente transformados y sentirte orgulloso como buen Padre que eres de la obra regeneradora en cada uno de tus hijos.  

Un abrazo y bendiciones.

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