¡Que todo lo que respira alabe al Señor! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!Salmo 150:6.
Lectura: Salmo
150:1-6. Versículo del día: Salmo 150:6.
MEDITACIÓN DIARIA
Escuchando a mi hijo su
exposición sobre ‘Diseño Inteligente’ en el Congreso de Apologética de Casa
sobre la Roca, llegué a la conclusión que el milagro de la existencia de los
seres vivos en tan complejo y profundo, que solamente una mano prodigiosa,
cuidadosa y delicada pudo intervenir para que haya vida. Cientificamente son tan abrumadores los datos
que en verdad al reconocer esta grandeza y poder, no puedo más que exaltar el
nombre de nuestro Dios. Dios, el Señor y creador de cielos y tierra, del
universo completo; el que me hizo y ha cuidado de mí desde el vientre de mi
madre (Salmo 139:13-16) para mi orgullo, es mi Señor y Salvador; Fue Él, el que
un día puso sus ojos sobre mí, me habló con dulzura, me atrajo con lazos de amor y ternura para
darme el paso de la esperanza (Oseas 2:14-15), de la bendita esperanza de una
vida futura a su lado.
Con razón el salmista,
inspirado por el Espíritu Santo nos deja el pasaje de todo su canto de alabanza
en este Salmo 150, para que también aprendamos a alabar al Señor y Creador
nuestro; único Dios Sapientísimo, Poderoso y Majestuoso; único Rey de reyes y
Señor de señores.
Amado Señor mío y Dios
mío: ¡Cómo no agradecerte tanto bien que has hecho en mi vida! Gracias porque
has permitido que día tras día, vea tu gloria reflejada en tu amor. Gracias
porque por tu voluntad, cada célula mía estaba felizmente diseñada para hacer
una creación perfecta para luego envolverme en tus brazos y hacer de mí una
hija tuya. Gracias buen Dios por tanto bien; que siempre mi respiración misma
me recuerde que eres Tú, el Autor intelectual de mi vida. ¡A Ti sea toda la
honra y gloria por los siglos de los siglos!
Un abrazo y
bendiciones.
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