sábado, 22 de noviembre de 2014

Simplemente obedecer



—Tiren la red a la derecha de la barca, y pescarán algo. Así lo hicieron, y era tal la cantidad de pescados que ya no podían sacar la red. 
Juan 21:6.


Lectura: Juan 21:1-14.  Versículo del día: Juan 21:6.

MEDITACIÓN DIARIA

Sin Jesús junto a ellos, sus discípulos estaban desconcertados; volvieron a su oficio habitual quizá desanimados y cabizbajos. El Señor que los conocía perfectamente sabía de su estado de ánimo y se les presenta por tercera vez después de su resurrección. Su aparición fue para decirles: Aquí estoy, no se desanimen ni teman las vicisitudes del mundo. Ahora contemplarán la obra de Dios en ustedes si siguen mi camino y escuchan mi voz: “Así lo hicieron, y era tal la cantidad de pescados que ya no podían sacar la red”.
Tal vez, Pedro recordó que esas mismas palabras el Señor había pronunciado cuando estaba con Jacobo y Juan y los llamó para ser sus discípulos. Ya no le contestaría como en aquella ocasión: “—Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada —le contestó Simón—. Pero como tú me lo mandas, echaré las redes” (Lucas 5:5).  Había estado a su lado por tres años escuchando su mensaje y viendo sus maravillas; así que solamente se dispuso a obedecer.
A nosotros de igual manera, el Señor nos ha hablado y mostrado su grandeza y poder de un modo u otro; sin embargo ¿cuántas veces no nos dejamos llevar por la aflicción y la tristeza y no reconocemos su voz cuando nos habla? Posiblemente también estás apesadumbrado, cargado de problemas y sientes que tu Señor ya se olvidó de ti, que te dejó a un lado y poco le importas.  No, así no es. Sea cual sea la dificultad que te aqueje, sé dócil a su voz; El Señor sabe cómo hablarnos y tú le entenderás.  Solamente echa la red en su Nombre y espera los resultados. Si Él te dice por aquí, no te desvíes ni a derecha ni a izquierda; obedécele incondicionalmente.

Amado Señor: Enséñanos a ser obedientes a ti; a ser sensibles a tu voz y entender que siempre quieres lo mejor para nosotros. Gracias por tu Palabra que es verdad; está ahí, para fortalecernos y ofrecernos paz y descanso contigo.

Un abrazo y bendiciones.

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