martes, 25 de noviembre de 2014

No existe nadie más a quién ir




—Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 
Juan 6:68.


Lectura: Juan 6:53-71.  Versículo del día: Juan 6:68.

MEDITACIÓN DIARIA

Todos nos cuestionamos en algún momento y cuando la situación se torna más difícil, ¿cuántos no hemos sido indiferentes ante el Señor y hemos pensado claudicar? No nos digamos mentiras, considero que todos pasamos por esos momentos críticos. Personalmente me pasó y no quería hablar de Dios ni que me hablaran de Él. ¿Pero saben? El Señor es tan bondadoso y misericordioso que entre más trataba yo de alejarme, Él me retenía con su infinito amor y ternura. Mandó a las personas exactas a consolarme y de una u otra manera me llevó a entender que no hay nadie más. Ahí es cuando decimos como Jeremías: “¡Me sedujiste, SEÑOR, y yo me dejé seducir! Fuiste más fuerte que yo, y me venciste” (Jeremías 20:7). Sí, así es; porque con tantas muestras de amor e interés, es difícil renunciar a tan amado Señor y sin más, llegar a la conclusión: ¿A quién iré Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna.
Tomando la escena a manera personal, creo que al final es muy triste ver al Señor, quien lo ha dado todo por nosotros, que con nostalgia nos diga: ¿También quieres marcharte? ¿También quieres dejarme como estos otros? ¿No te importa lo que he hecho por ti? ¿Vas a claudicar después de haber degustado su amor como manjar que endulza y regocija el corazón? Vueltas y más vueltas para al fin entender que no hay nadie más a quien ir.

Amado Señor: Perdónanos por las veces que te hemos cuestionado, llevados por las circunstancias que se nos presentan. Perdona nuestra rebeldía y el no entender que solamente en Ti, tenemos el regalo de una vida eterna a tu lado. ¡Tu amor es innegable, incalculable! Y nosotros estamos sedientos de tu amor. ¡Ni las muchas aguas podrán apagar la llama ardiente de tu amor! ¡Eres inigualable buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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