Fortalézcanse con el gran poder del Señor.Efesios 6:10.
Lectura: Efesios
6:10-20. Versículo del día: Efesios
6:10.
MEDITACIÓN DIARIA
Satanás no se queda
quieto; siempre está viendo cómo amargarnos la vida (vv. 11-12); pero para no
darle cabida, hay que resistirlo y estar preparados para guerrear la batalla.
En la lectura, Pablo antes de vestirnos con toda la armadura de Dios (vv.
13-18), nos insta a fortalecernos en el Señor y en el poder de su fuerza. Así
está en otras versiones el versículo lo cual en mi concepto es más profundo y
entendible, porque no podemos llegar a la batalla débiles y temerosos; es
importante cobijarnos bajo su protección como lo hacía David: “Pero tú, Señor,
me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza!”
(Salmo 3:3), para después sí hacer uso de todo su poder y fuerza. Tenemos que
reconocer que nuestra fuerza es limitada, mientras que la de Dios es grande y
poderosa. Es incomparable la grandeza de su poder en favor de los que creemos y
ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz (Efesios 1:19). El poder de Dios es
la base de la victoria espiritual y cuando salimos vencedores en las
tribulaciones que se nos presentan, tenemos que reconocer que ha sido por el
gran poder de Dios que nos ha dado la fuerza necesaria. Hay momentos críticos en
los que sentimos desfallecer, pero gracias a Dios su poder se perfecciona en
nuestra debilidad (2 Corintios 12:9).
Por último, así como
Pablo le pidió a los suyos que oraran por él, yo les ruego lo mismo: “Oren
también por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a
conocer con valor el misterio del evangelio. Oren para que lo proclame
valerosamente, como debo hacerlo” (vv. 19-20 en la lectura) y también para que
cada día me fortalezca con la grandeza de su poder. Muchas gracias.
Amado Señor: Gracias
porque en verdad somos tan débiles que si no fuera por ti, en el primer
problema claudicaríamos. Pero por tu divina gracia, nos has permitido conocerte
y llenarnos de tu presencia para tener la fuerza y el poder que emanan de ti. ¡Contigo,
somos más que vencedores!
Un abrazo y
bendiciones.
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