miércoles, 1 de octubre de 2014

Tú eres el refugio seguro




Yo le digo al Señor: Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío. 
Salmo 91:2.


Lectura: Salmo 91:1-16.  Versículo del día: Salmo 91:2.

MEDITACIÓN DIARIA

El Salmo 91 es para que lo leamos, lo memoricemos y lo personalicemos. Es hacer de él, un baluarte que nos infunda plena confianza en lo que hemos creído: en Dios y su Palabra. “Ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por tu protección, ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar” (vv. 9-10). Este Salmo es para proclamarlo cuando veamos que el enemigo está atacando; cuando nos invada el temor y el miedo; cuando estemos cruzando una calle oscura y sola: “Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos” (v. 11); y cuando sintamos que las fuerzas ya no dan más y nos queda difícil volver a pararnos: “Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna” (v. 12). Brinda seguridad al que confía en la protección de Dios.
“Yo lo libraré, porque él se acoge a mí; lo protegeré, porque reconoce mi nombre” (v. 15). Miremos la importancia de éste versículo. Dice muy claro: “porque él se acoge a mí… porque reconoce mi nombre”. O sea que para confiar plenamente en su protección, hay que existir una causa: acogerse a Él y reconocerle como tal. Por eso, personalmente, me infunde rechazo el hecho de que las personas en sus casas o negocios coloquen una Biblia abierta en este Salmo como si fuera un amuleto o hechizo. Pero se me ocurre en este momento, (o el Espíritu Santo me lo aconseja mejor), que en vez de criticarlos, les compartamos del Señor y aprovechemos el suceso para más bien, llevarlos a sus pies. Y nosotros que conocemos su Palabra, que sabemos, entendemos y creemos en el Señor Jesucristo como Salvador, nos rindamos completamente a Él para gozar de su plena protección.

Amado Señor: Gracias te damos porque podemos dirigirnos hacia ti en momentos de angustia, zozobra, tristeza y abandono. Reconocemos que eres el único Dios, capaz de infundirnos aliento y librarnos de las garras del cazador. Gracias Señor porque bajo tus alas encontraremos refugio seguro.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: