martes, 7 de octubre de 2014

Todo mi ser te alaba y bendice tu Nombre




Él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión; él colma de bienes tu vida y te rejuvenece como a las águilas. 
Salmo 103:4-5.

Lectura: Salmo 103:1-22.  Versículos del día: Salmo 103:4-5.
MEDITACIÓN DIARIA
Personalmente puedo dar fiel testimonio de esto. El Señor ya en dos ocasiones, ha rescatado mi vida de las garras de la muerte. Primero, liberándome del cáncer de seno y después de la pancreatitis crónica. He visto su mano poderosa cubriéndome de amor y compasión. También después de tantas vicisitudes y tiempos difíciles, he encontrado paz y bienestar en mi vida, lo que considero se refleja en el rostro, dando más brillo y luminosidad a mis ojos y por ende a mi cara. Por eso, al igual que el salmista elevo mi alma al Señor y digo: “Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios” (vv. 1-2).
No quiero olvidarme jamás de todos sus favores. Y si aún éstos se obstruyeran y no llegasen más, le pido al Señor que mi oración sea parecida a la de los amigos de Daniel cuando fueron arrojados al horno de fuego: Pero aun si mi Dios no lo hace, no honraré ni me inclinaré hacia ningún otro dios.  ¡Sus bendiciones han sido tantas!, no solamente para mí sino para todos los de mi hogar. El solo hecho de cada nuevo amanecer estar con vida es suficiente; además el trabajo de los míos, su bienestar, salud y prosperidad; en especial me siento muy bendecida por sus ministerios y el retorno de mi hija pequeña a la Iglesia. ¡Cuánto no tengo para alabar a mi Señor!
Acostumbrémonos a ser agradecidos con quien es el dueño absoluto de todo lo que tenemos: Nuestro Dios, Creador, Señor y Salvador por siempre.
Amado Señor y Dios: Todo mi ser te alaba y bendice tu Nombre. Gracias porque solamente por tu infinita misericordia, volteas los ojos hacia tus hijos para colmarlos de ricos favores. Gracias porque no merecemos tanto amor de parte tuya y sin embargo, nunca nos defraudas. ¡Alaba, alma mía al Señor!  ¡Todo mi ser te alabe sin cesar!
Un abrazo y bendiciones,
Dora C.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Precioso testimonio, Dora. Dios te siga usando! Un abrazo Patricia Fernández

Unknown dijo...

Hermoso testimonio, Dora. Dios te siga usando! Un abrazo. Patricia

Unknown dijo...

Excelente testimonio, Dora. Dios te siga usando.

Dora C. dijo...

Gracias querida Patricia. La honra y el honor sean para nuestro Amado Señor.