No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas. ¿Acaso has podido verlas? ¡No existen! Es como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas.Proverbios 23:4-5.
Lectura: Proverbios 23:1-9. Versículo del día: Proverbios 23:4-5.
MEDITACIÓN DIARIA
La riqueza material se
esfuma y por más que se quiera retener es imposible sostenerla, porque de todas
maneras con la muerte de quien la posee, también llega su culminación. Al
sepulcro nadie se lleva nada; “Tal como salió del vientre de su madre, así se
irá: desnudo como vino al mundo, y sin llevarse el fruto de tanto trabajo”
(Eclesiastés 5:15). Si las riquezas no son bien llevadas, cambian el corazón de
las personas: “Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por
codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos
sinsabores” (1 Timoteo 6:10). Muchos
codician y son avaros; por lo general los que más ambicionan son los más
tacaños porque solo buscan sus propias ganancias y creen que dando algo se van
empobrecer. De por sí, ya tienen empobrecido su corazón. Por otro lado, hoy se
puede tener y mañana no. Por la mañana se ven y en la tarde ya no están; “Quien
ama el dinero, de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas nunca tiene
suficiente” (Eclesiastés 5:10).
Por eso es mejor
atesorar riquezas pero para el cielo. Pablo le dice a Timoteo: “A los ricos de
este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las
riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia
para que lo disfrutemos. Mándales que hagan el bien, que sean ricos en buenas
obras, y generosos, dispuestos a compartir lo que tienen. De este modo
atesorarán para sí un seguro caudal para el futuro y obtendrán la vida
verdadera” (1 Timoteo 6:17-19). Esta es la verdadera riqueza, la que permanece
y no se esfuma.
Amado Señor: Te pedimos
que nos enseñes a valorar lo que tenemos como una dádiva más de tu amor por
nosotros. Permite que nuestros corazones se enriquezcan con los frutos tuyos y
que aprendamos a compartir lo que a diario nos regalas con los necesitados.
Un abrazo y
bendiciones.
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