Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que se desanimen.Colosenses 3:21.
Lectura: Colosenses
3:18-25. Versículo del día: Colosenses 3:21.
MEDITACIÓN DIARIA
Exasperar es irritar,
provocar, desesperar e incluso indignar. Si usted padre, conoce el Evangelio y
desea que sus hijos lleguen a él, diríjanlos en sabiduría. “Y ustedes, padres,
no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción
del Señor” (Efesios 6:4). Ya que usted entiende bien la Palabra de Dios,
llénese de sabiduría y discernimiento para llevarlos por la senda correcta. “Si
eres sabio, tu premio será tu sabiduría; si eres insolente, sólo tú lo sufrirás”
(Proverbios 9:12). Así es. Infortunadamente conozco muchos casos de padres
pastores de iglesias cristianas, que para ellos todo es malo y quieren encasillar
a sus hijos como en cajitas selladas donde ni oigan, ni vean, ni entiendan. Tenemos
que reconocer que estamos en el mundo, aunque no somos del mundo. Eso fue lo
que oró el Señor Jesús antes de ser arrestado: “No te pido que los quites del
mundo, sino que los protejas del maligno” (Juan 17:15). Alguien decía, que no
podemos impedir que los pájaros vuelen sobre nuestras cabezas, pero sí, que
hagan nido en ella. En el Llano, supe del hijo de un pastor de una iglesia
evangélica que estaba completamente descarriado. Gracias a Dios, llegó a manos
de un líder cristiano joven y de otra mentalidad y él lo pudo encauzar
nuevamente al cristianismo. Su experiencia con sus padres había sido traumática
y por eso no quería saber nada de Dios. Y conozco muchísimos casos igual. Como
lo expresa el Proverbio descrito: esa insolencia, les causará más tarde dolor.
Hay algo que se debe
tener muy en cuenta. Fijémonos en la oración del Señor; antes dice —parafraseando yo
—:
que ellos ya saben quién es Dios y aceptaron su Palabra, porque conocieron lo
que es del Señor, trasmitido por Él. Lo que hace Jesús, es orar por ellos al
Padre para que los proteja (Juan 17:6-12). Si como padres, sabemos que los
hemos criado en el temor del Señor, no nos queda más que orar constantemente
por esos hijos que Dios puso en nuestras manos para administrarlos como debe
ser.
Amado Señor: Te rogamos
que nos permitas dirigir a nuestros hijos en completa sabiduría para atraerlos
cada día más hacia Ti y dejar en ellos una huella imborrable de quien eres Tú y
tu Palabra, para que nunca se aparten de tu camino. No te pedimos que los
quites del mundo, sino que los protejas del maligno. Santifícalos en la verdad;
tu Palabra es verdad. Gracias por ellos buen Dios.
Un abrazo y
bendiciones.
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