domingo, 19 de octubre de 2014

Que nuestra luz resplandezca más fuerte en estos tiempos

Ustedes son la luz del mundo… Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. 
Mateo 5:14-16.

Lectura: Mateo 5:13-16.  Versículos del día: Mateo 5:14-16.

MEDITACIÓN DIARIA

Estuve viendo una película cristiana llamada “El que cambia los tiempos”. Esta película se devuelve al año 1890 donde un profesor de estudios bíblicos Russell Carlisle (D. David Morin), escribe un manuscrito: “Los tiempos cambiantes”. Lo expone ante los miembros de las directivas del Seminario y el Dr. Norris Anderson (Gavin MacLeod), cree que lo que el Dr. Carlisle ha escrito puede impactar fuertemente a las generaciones futuras. Para convencer a Carlisle, el Dr. Anderson envía a Carlisle a más de 100 años en el futuro, donde podría ver lo que ocasionaría su libro. Esta película me impactó, me cuestionó y me exhortó. El fundamento de la cinta está basado en 2 Timoteo 3:1-5: “Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles.  La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno,  traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios.  Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas!”.
Me impactó porque precisamente en estos días mi asombro fue al percatarme que en el Conjunto donde vivo, no tardaron en colocar unos adornos con dulces grandes, pimpones y colombinas, cuando ya se los llevaron. Para mis adentros pensaba: Si son los niños, ¿por qué los padres no les enseñan que eso es robar?, ¿que así como ahora se roban un dulce o pin-pón, más adelante lo harán con lo que se les presente? Y si son los adultos, pensé: ¡Qué horror!, ¡qué tristeza!, y ¡qué inseguridad! ¿Con qué gente estamos conviviendo?
A veces nos sorprendemos de cómo está el mundo, pero ¿qué estamos haciendo al respecto? La película me exhortó a no seguir siendo una cristiana más que pasa sin dejar huella, sin ser advertida. Si tengo la luz del Señor, tengo que hacerla brillar. No es solamente decir: No hagas esto o aquello; está mal. Es ser enfáticos en afirmar: ‘Lo que estás haciendo es pecado y el Señor dice que no robarás’, por ejemplo. Hay que hacer ver el pecado en la persona y dejarle muy claro que Dios manda lo contrario.
Como reflexión, les dejo lo que aprendí y recuerden que la cita de 2 Timoteo es Palabra de Dios, no mía.

Amado Señor: Permite que en verdad hagamos brillar la luz tuya que decimos tener, para que el mundo te conozca, crea en ti, te acepte, cambie su vida y alcance la salvación. Gracias buen Dios.

Un abrazo y bendiciones.

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