lunes, 13 de octubre de 2014

La condición y la consecuencia




Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. 
Juan 8:31-32.


Lectura: Juan 8:31-41.  Versículos del día: Juan 8:31-32.

MEDITACIÓN DIARIA

A veces creemos que ser discípulos del Señor es cualquier cosa, pero no es de ese modo. Para ser discípulos, tenemos que cumplir la condición: ser fieles a sus enseñanzas; mantenernos, sostenernos en ellas y como consecuencia de esto, conoceremos la verdad que nos hará libres. No es libre el que anda por el mundo sin ningún objetivo en su vida, ni el que a gritos reclama sus derechos, ni el que se cree tenerlo todo, cuando al final no tiene nada. ¿Cuántos van por la vida, encadenados a sus riquezas, a sus profesiones o trabajos, o a un simple bien material? ¿Cuántos que tienen fama y riqueza, están más solos que los solos porque su corazón está vacío?   
Jesucristo dijo ser la verdad y es a esa verdad que tenemos que creerle. No existe ninguna otra verdad mayor que la misma del Señor Jesús. Entonces si le conocemos a Él, le creemos y le seguimos, nos convertiremos en sus fieles discípulos y esta verdad, será la que nos dará completa libertad. Blas Pascal lo dijo muy claro: "En el corazón de todo hombre existe un vacío que tiene la forma de Dios. Este vacío no puede ser llenado por ninguna cosa creada. Él puede ser llenado únicamente por Dios, hecho conocido mediante Cristo Jesús". Este vacío, el que no deja continuar, el que trunca muchos éxitos, únicamente lo puede llenar Jesús de Nazaret.
Si quieres encontrar esa Gran Verdad y permitir que cambie tu corazón, te sugiero invites a Jesús a venir y llenar esa área de tu vida que se encuentra vacía. Te puedo guiar con una oración como ésta:

Señor Jesucristo: Yo te necesito; te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador personal. Perdona mis pecados y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias Señor por perdonarme, limpiarme y permitir que de ahora en adelante crea en ti, te conozca y te siga como un buen discípulo. Gracias por darme la verdadera libertad. En tu nombre Jesús, amén.

Un abrazo y bendiciones.

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