Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa—para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra.Efesios 6:2-3.
Lectura: Efesios
6:1-9. Versículos del día: Efesios
6:2-3.
MEDITACIÓN DIARIA
Desde cuando el Señor
instituyó los Diez Mandamientos dejó muy claro la importancia que los padres
tienen para Él, al ser el primer mandato dispuesto, después de los
concernientes para Dios. Así que no está escrito por estar; es para ponerle la
atención debida y obedecerlo todo sin objeción ni excusa alguna.
Con frecuencia vemos
como los padres cuando van llegando a sus años seniles, los hijos los alejan
cada día y en vez de sentir agradecimiento, pareciera que se tornan en estorbo.
Buscan la manera de reclutarlos en un Hogar Geriátrico, como quien dice, para
dejarles a otros la responsabilidad que les corresponde a ellos como hijos.
Considero que la honra
abarca muchos aspectos tales como: amor, respeto, colaboración, ayuda monetaria, recreación,
bienestar y una gran dosis de cariño y tolerancia. Lamentablemente cuando somos
jóvenes, no tenemos muy en cuenta lo que ellos representan y mucho menos
pensamos que todos vamos para allá y que lo que sembremos será lo que más tarde
cosecharemos. La promesa está, y de acuerdo a como procedamos, Dios nos
recompensará.
No hay por qué negarle a los padres, lo que
Dios ha dicho que les corresponde. Si estamos fallando con este mandamiento,
examinémonos y busquemos un cambio. Cuando los padres ya son ancianos, somos
nosotros los que tenemos que proveerles sin discusión alguna. No como se ve,
incluso en cristianos que en vez de darles, les quitan lo que les pertenece con
excusas como ‘yo estoy mal’ o ‘si a aquel le dan, a mí, también’. Dios no le va
a pedir cuentas al hermano vivo, o a los padres alcahuetas; cada cual responde
por lo suyo. Así que cumplamos con lo que nos toca y no miremos la paja en el
ojo ajeno.
Amado Señor: Gracias
por compartirnos tu Palabra e instruirnos a través de ella. Pon en nuestros
corazones el deseo de acatar tu orden, honrando a padre y madre como nos
corresponde. Gracias por sus vidas y los ponemos en el trono de tu gracia, para
que los bendigas y los guardes en el ocaso de sus vidas.
Un abrazo y
bendiciones.
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