El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.Deuteronomio 31:8.
Lectura: Deuteronomio
31:1-8. Versículo del día: Deuteronomio
31:8.
MEDITACIÓN DIARIA
Después de salir del
desierto hay la orden de marchar hacia adelante; no hay tiempo de desanimarnos
ni de temer. Hay una promesa: “nunca te
dejará ni te abandonará”; Dios es fiel.
La familia, los amigos pueden fallar y en el momento más crucial,
abandonarnos. Con Dios no tenemos ese
problema; su fidelidad nunca se agota.
Hay situaciones en la vida que nos hacen pensar que Dios nos abandonó;
que miramos para un lado y otro sin verlo ni encontrar respuesta. A veces estamos tan cansados y rendidos que
solo nos queda mirar el piso y es ahí, cuando en muchas ocasiones nos pasa como
dice la poesía de ‘Huellas en la arena’: el Señor nos muestra que ni siquiera
vemos sus pisadas, porque hacía rato venía cargándonos en sus brazos.
Nadie puede decir que
los desiertos son felices, no. Y cuando
ya estamos terminando la travesía, nos encontramos ante un cúmulo de cómos y de
incertidumbres. Hace unos años una
persona conocida, tuvo que afrontar la enfermedad de su esposo joven, que por
un descuido médico murió, dejándola sola con sus hijitos y su pequeña
empresa. Esta situación fue para ella un
desierto árido por el que transitó y al final, solo tenía preguntas para
hacerse: ¿Cómo voy a hacer con mis hijos? ¿Cómo vamos a sobrevivir? ¿Cómo se manejará ese negocio? ¡No puedo con toda esta carga! Dios nos manda que no temamos ni nos
desanimemos. Él quita, pero también
pone. Incluso situaciones de adversidad
han servido para que en especial mujeres que se creían inútiles, saquen sus
dones y talentos a relucir. Dios no se
queda quieto y cuando nuestra confianza está basada en Él, jamás nos
defraudará. Dios no miente y su Palabra dice que no nos dejará ni
abandonará. ¡Gloria por siempre a su
Nombre!
Amado Señor: Gracias
por tu promesa de no dejarnos desamparados y a la deriva; gracias porque eres
fiel y siempre estarás a nuestro lado pase lo que pase. Gracias porque nos
cubres con tu bondad misericordiosa y tu amor eterno.
Un abrazo y
bendiciones.
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