Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.Deuteronomio 30:19.
Lectura: Deuteronomio
30:11-20. Versículo del día:
Deuteronomio 30:19.
MEDITACIÓN DIARIA
¿Por qué nos será tan
difícil obedecer? Desde el momento de la
caída de Adán y Eva empezó a predominar en el género humano el pecado.
Recordemos que el pecado de ellos fue de desobediencia y está tan arraigado en su
misma naturaleza, en todos los humanos, que por eso mismo Dios desde ese tiempo
prometió un Salvador. Un Salvador que
nos rescatara y nuevamente pudiéramos gozar de la vida. ¿Eliges vida? Busquémosla en Aquel, en quien se halla. Jesús dijo que Él era la vida (Juan 14:6);
así el mundo de miles de vueltas y millones no le reconozcan como el Señor de
la vida, es innegable.
Pero tú, ¿Quieres vivir? ¡Búscale! ¿Crees que está muy lejos y no
puedes lograrlo? La Biblia dice lo
contrario: “¡No! La palabra está muy cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón,
para que la obedezcas” (v. 14 en la lectura), y Pablo nos lo reafirma nuevamente;
además agrega algo contundente: “Ésta es la palabra de fe que predicamos: que
si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios
lo levantó de entre los muertos, serás salvo” (Romanos 10:8-9); y es la misma
que ahora te trasmito: Palabra que te dará vida. En tu decisión está la vida o la muerte. Si
eliges obedecer y seguirle, tendrás vida eterna; de lo contrario, muerte
eterna.
Amado Señor Jesús:
Permite que todos los que estén leyendo este devocional entiendan que Tú eres
la vida. Pon en sus corazones tu Palabra
y que tu Santo Espíritu derrame su gracia sobre cada uno de ellos para que
lleguen a tus píes y confiesen con su boca que eres el Señor y Salvador. ¡Gracias buen Jesús!
Un abrazo y
bendiciones.
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