martes, 22 de julio de 2014

Rut, una mujer de admirar




¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! Porque iré adonde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. 
Rut 1:16.


Lectura: Rut 1:1-22.  Versículo del día: Rut 1:16.

MEDITACIÓN DIARIA

Nohemí, su esposo y sus dos hijos, salen de Belén su tierra natal hacia Moab buscando un mejor futuro, ya que en su región  se había desatado el hambre.  No solamente a esta mujer allí, se le muere su esposo, sino también sus dos hijos que ya estaban casados.  Enterada Nohemí que las cosas habían cambiado en Belén, resuelve volver a los suyos y les recomienda a sus nueras que la dejen y se vuelvan a sus dioses.  Orfa acepto su consejo y a pesar del llanto se despidió de su suegra, mientras que Rut no la abandonó (vv. 1-15).  Personalmente considero que Elimélec, el esposo de Nohemí ha debido esperar la ayuda del Señor entre los suyos y confiar más en Él. Como resultado de su traslado, sus hijos tuvieron que casarse con mujeres moabitas, cuando Dios les había prohibido eso.   Las consecuencias llegaron y recayeron especialmente en Nohemí, que no solamente tuvo que sufrir la muerte de su esposo, sino también la de sus dos hijos.  Sin embargo, hay que resaltar que Dios en su infinita bondad, puso los ojos en este hogar destruido y permitió que por medio de Rut las cosas cambiaran.  La situación cambió de tal manera que Rut se casó con Booz pariente cercano de Nohemí y vino a ser la bisabuela del rey David; nada más y nada menos, hizo parte de la descendencia del Señor Jesucristo. Su sabia decisión, permitió la restauración de la familia de Elimélec.
Para reflexionar: Podemos estar en la peor de las crisis, pero siempre debemos tener fe y no dejarnos llevar por impulsos que nos hagan tomar malas decisiones.  Segundo: que comprobemos como Dios al mover sus fichas, y volvernos a Él, nos restituye y mucho más de lo esperado.  Ruth, sin lugar a dudas, una mujer fuerte y valiente; una mujer sabia que puso la mirada en el Dios de su suegra; una mujer bendecida y que ha sido admirada por todas las generaciones.

Amado Señor: Gracias por la lección que nos das a través de Ruth. Gracias porque nos enseñas que así no veamos tu mano en tiempos de crisis, tus planes en nuestras vidas se cumplirán de acuerdo a tu propósito en cada uno de los tuyos.

Un abrazo y bendiciones.

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