Cuéntame, amor de mi vida, ¿dónde apacientas tus rebaños?, ¿dónde a la hora de la siesta los haces reposar?Cantares 1:7.
Lectura: Cantares 1: 1-8. Versículo del día: Cantares 1:7.
MEDITACIÓN DIARIA
Solamente cuando
conocemos al Señor de una manera espiritual real, es que valoramos su
amor. Un amor que está disponible para todo
aquel que se le acerque. Y sucede como
cuando estamos enamorados queremos estar con esa persona a cada instante y
solemos ir con una sonrisa a flor de piel.
Así sucede con nuestro amado Jesús; por eso cuando le recibimos y le
conocemos, brota ese primer amor que es el que no hay que dejar apagar. Hay que precisamente buscar la intimidad con Él;
buscar el sitio especial para hablarle como al mejor de los amores, porque
mejor es su amor que el vino (v. 2). ¡Con razón te aman! (v. 3). Sí; hay que
anhelar esos momentos especiales en que solamente oímos su tierno murmurar haciéndonos
saber cuánto es su amor. Cuando estamos compenetrados
y quebrantados en su presencia, no quisiéramos que el tiempo pasara. Quizá unos nos tildarán de místicos o locos
fanáticos, pero la verdad es que solamente cuando hemos vivido esas
experiencias podemos hablar sobre ellas.
Este amor infinito está
disponible para ti; Dios mismo te busca y te dice: ¿Hijo, donde apacientas para
ir a hacerte compañía? ¡Quiero estar a
tu lado! ¡Ven sígueme hasta las cabañas
de los pastores! Allí te hablaré con
ternura y te demostraré cuánto sufro por ti porque te amo. ¡Déjate conquistar por el mejor de los
amores! Seguro que después exclamarás también:
¡Con razón te aman!
Mi Amado Señor Jesús: Al
comprender tu amor, contemplar tu creación y saber que de esa creación me
tomaste a mí; no puedo menos que adorarte y dejar que los minutos corran
diciéndote: ¡Qué eres hermoso! ¡Que eres mi Amado y que me deleito en tu
presencia! No importa que sea por un minuto nada más. Tu perfecto amor
me constriñe y me levanta.
Un abrazo y
bendiciones.
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