lunes, 14 de julio de 2014

¡Con razón te aman!

Cuéntame, amor de mi vida, ¿dónde apacientas tus rebaños?,  ¿dónde a la hora de la siesta los haces reposar? 
Cantares 1:7.

Lectura: Cantares 1: 1-8.   Versículo del día: Cantares 1:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Solamente cuando conocemos al Señor de una manera espiritual real, es que valoramos su amor.  Un amor que está disponible para todo aquel que se le acerque.  Y sucede como cuando estamos enamorados queremos estar con esa persona a cada instante y solemos ir con una sonrisa a flor de piel.  Así sucede con nuestro amado Jesús; por eso cuando le recibimos y le conocemos, brota ese primer amor que es el que no hay que dejar apagar.  Hay que precisamente buscar la intimidad con Él; buscar el sitio especial para hablarle como al mejor de los amores, porque mejor es su amor que el vino (v. 2).  ¡Con razón te aman! (v. 3). Sí; hay que anhelar esos momentos especiales en que solamente oímos su tierno murmurar haciéndonos saber cuánto es su amor.  Cuando estamos compenetrados y quebrantados en su presencia, no quisiéramos que el tiempo pasara.  Quizá unos nos tildarán de místicos o locos fanáticos, pero la verdad es que solamente cuando hemos vivido esas experiencias podemos hablar sobre ellas.
Este amor infinito está disponible para ti; Dios mismo te busca y te dice: ¿Hijo, donde apacientas para ir a hacerte compañía?  ¡Quiero estar a tu lado!  ¡Ven sígueme hasta las cabañas de los pastores!  Allí te hablaré con ternura y te demostraré cuánto sufro por ti porque te amo.  ¡Déjate conquistar por el mejor de los amores!  Seguro que después exclamarás también: ¡Con razón te aman!

Mi Amado Señor Jesús: Al comprender tu amor, contemplar tu creación y saber que de esa creación me tomaste a mí; no puedo menos que adorarte y dejar que los minutos corran diciéndote: ¡Qué eres hermoso! ¡Que eres mi Amado y que me deleito en tu presencia! No importa que   sea por un minuto nada más. Tu perfecto amor me constriñe y me levanta.

Un abrazo y bendiciones.

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