Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios.Colosenses 3:1-3.
Lectura: Colosenses
3:1-17. Versículos del día: Colosenses
3:1-3.
MEDITACIÓN DIARIA
En la prédica del
domingo anterior aprendí que normalmente pasamos por encima el prestar atención,
y es que esto tiene mucho que ver con el obedecer. Aquí
precisamente se nos dice: “Concentren su atención en las cosas de arriba, no en
las de la tierra”. Dios está muy
interesado en que pongamos la atención debida a sus mandatos. ¿Y cuáles podrían ser éstos? Necesitamos que nos los recuerde y pongamos
la atención requerida: “Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la
naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos
y avaricia, la cual es idolatría” (v. 5). Y añade: “Pero ahora abandonen
también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno. Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se
han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios” (vv. 8-9). Considero que no se necesita explicación
alguna.
Queda entonces lo bueno
que tenemos que hacer: “Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados,
revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se
perdonen si alguno tiene queja contra otro” (vv. 12-13). Además dice que gobierne en los corazones la
paz de Cristo y habite en cada uno su Palabra; que se instruyan y aconsejen con
sabiduría; que se alabe y adore al Señor con gratitud de corazón (vv.
14-16). Y termina la exhortación: “Y
todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús,
dando gracias a Dios el Padre por medio de él” (v. 17).
Casi todos los versículos
los copié tal como están en la Palabra, precisamente para que pongamos más atención a ellos y verifiquemos qué es
lo que demanda Dios de nosotros. Están
más que claros; así que lo único que nos falta es obedecerlos.
Amado Señor: Te damos
gracias por tu bendita Palabra que ahora tenemos y podemos digerirla lentamente
para conocer tu buena voluntad respecto a nuestras vidas. Permite que tu Santo
Espíritu haga en cada uno la obra regeneradora al revestirnos con ropa limpia, concentrando
la atención en lo que te agrada y obedecerte sin excusa ni impedimento alguno.
Un abrazo y
bendiciones.
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