miércoles, 30 de julio de 2014

Decisión con convicción



Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y si perezco, que perezca! 
Ester 4:16b.


Lectura: Ester 4:1-17.  Versículo del día: Ester 4:16b.

MEDITACIÓN DIARIA

Ester fue una de las israelitas llevadas en cautiverio a Persia; cuando ella quedó huérfana su primo Mardoqueo la adoptó y vivió con él. Por su belleza y carisma fue escogida por el rey Asuero de Persia como su reina.  Amán era un hombre de sentimientos malvados que estaba al servicio del rey en una posición muy alta y al igual que en todos los tiempos se fue contra el pueblo judío y quiso exterminarlo, sin saber que la reina Ester era judía.  Es entonces cuando surge Ester; el futuro de los judíos dependía de su decisión. Tal parece que al comienzo dudó en hacerlo; quizá como a toda dificultad enfrentada, tuvo miedo (v. 11).  Las palabras de su primo “¡Quién sabe si no has llegado al trono precisamente para un momento como éste!” (v. 14), la hicieron reflexionar y llenarse de valor.  Ester hizo ayunar a los suyos por tres días y valerosamente tomó la decisión de presentarse ante el rey y abogar por su pueblo, aun a costa de su propia vida.     
En la vida tenemos momentos cruciales en los que una decisión sabia puede marcar el rumbo no solo nuestro, sino de otros que nos rodean.  Muchas veces dejamos pasar la ocasión por miedos, influencias o porque no nos conviene, y pensamos más en nosotros mismos que en los demás, sin tener en cuenta nuestras bases cristianas.  Ester una mujer bella, física y espiritualmente, nos enseña a ser personas también decididas, valientes y a actuar en favor de los que nos necesitan en el momento exacto, sin dejar a un lado nuestras convicciones.

Amado Señor: Permítenos actuar radicalmente con cordura y valentía como personas que te conocemos y deseamos el bien, aun en medio de una sociedad que se levanta y nos tacha de retrógrados, anticuados y fanáticos por defender tus principios y valores.  Gracias buen Señor.

Un abrazo y bendiciones.

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