Porque incluso cuando estábamos con ustedes, les ordenamos: “El que no quiera trabajar, que tampoco coma”.2 Tesalonicenses 3:10.
Lectura: 2
Tesalonicenses 3:6-13. Versículo del día: 2 Tesalonicenses 3:10.
MEDITACIÓN DIARIA
Pablo en esta carta
deja muy claro lo indispensable del trabajo.
El trabajo suple todas las necesidades del hombre, pero el apóstol aquí
es bien explícito y afirma que quien no quiera trabajar, pues tampoco
coma. Dice además algo muy cierto: que
los que no hacen nada productivo, se meten donde no les importa y lo que
acarrean son problemas: “Nos hemos enterado de que entre ustedes hay algunos
que andan de vagos, sin trabajar en nada, y que sólo se ocupan de lo que no les
importa” (v.11). Es que definitivamente
no tener la mente ocupada es darle cabida al enemigo para que empiece a
maquinar suposiciones y malos pensamientos
que si no se controlan, llevan a conflictos. “A tales personas les ordenamos y
exhortamos en el Señor Jesucristo que tranquilamente se pongan a trabajar para
ganarse la vida” (v. 12). Si observamos, no solo es una exhortación, es una
orden. En esto los padres latinos a
veces pecamos, porque somos muy permisivos con nuestros hijos ya mayores en
edad de sustentarse ellos mismos, y sin
embargo, siguen al lado del ‘hotel mamá’. La concepción del trabajo en los estadounidenses es tan seria, que hasta en este sentido nos dan ejemplo: el hijo cumple
su mayoría de edad y ya empieza a buscar su propio camino. El trabajo no es una carga es una bendición, y quien goza de un trabajo
debe de estar agradecido con Dios y saber sostenerlo, pues no es fácil
encontrarlo.
Termina Pablo la
exhortación diciéndonos: “Ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el bien” (v.
13). Se me antoja que, si se está
pasando por un tiempo sin trabajo, usemos ese tiempo en algo provechoso sea en
la iglesia, en la comunidad donde vivimos o donde el Espíritu Santo nos muestre;
seguro que encontraremos algo para hacer.
De todas maneras, siempre busquemos el bien.
Amado Señor: Gracias
porque el trabajo es una bendición y tú bendices nuestros hogares con trabajos
dignos y fructíferos. Enséñanos a alegrarnos en ellos y a laborar como si fuera
para ti. También enséñanos a manejar bien nuestro tiempo de manera que en toda
actividad siempre hagamos el bien.
Un abrazo y
bendiciones.
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