domingo, 29 de junio de 2014

Somos la novia blanca y radiante




Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de él, los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte.  
 Colosenses 1:22.


Lectura: Colosenses 1:3-23.  Versículo del día: Colosenses 1:22.

MEDITACIÓN DIARIA

Bien claro nos queda, que fue el mismo Dios Padre quien buscó la manera de reconciliarnos con Él, por medio de su Hijo Jesús: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).  Éramos pecadores en otro tiempo, estábamos alejados completamente de Dios (v. 21 en la lectura), pero conocimos la verdad y esa verdad nos ha hecho ya libres (Juan 8:32), libres del pecado; libres de las garras de Satanás y somos posesión de Dios.  Ahora, nosotros somos su cuerpo, su Iglesia; fuimos purificados y lavados para presentársela a sí mismo como la novia radiante, sin mancha ni arruga, sino santa e intachable (Efesios 5:27).  Sin más vueltas, tanto tú, como yo somos su novia y nos regocijamos en la bendita esperanza de verlo regresar pronto para llevarnos por siempre junto a Él.
Todo el trabajo del Señor Jesús aquí en la tierra no fue en vano.  Su cruel pasión y muerte nos reconcilió de una vez y para siempre. ¡Gloria a Dios por habernos tenido en cuenta para ser partícipes de tan hermoso regalo!

Amado Señor: El mundo está un caos de egoísmo y libertinaje que solamente tú puedes remediar. Muchas gracias por habernos sacado de allí, y por el privilegio de presentarnos delante de ti como la novia amada, limpia y sin mancha alguna.  ¡Te amamos Señor y esperamos ansiosos tu pronto regreso!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: