Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de él, los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte.Colosenses 1:22.
Lectura: Colosenses
1:3-23. Versículo del día: Colosenses
1:22.
MEDITACIÓN DIARIA
Bien claro nos queda,
que fue el mismo Dios Padre quien buscó la manera de reconciliarnos con Él, por
medio de su Hijo Jesús: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito,
para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan
3:16). Éramos pecadores en otro tiempo, estábamos
alejados completamente de Dios (v. 21 en la lectura), pero conocimos la verdad
y esa verdad nos ha hecho ya libres (Juan 8:32), libres del pecado; libres de
las garras de Satanás y somos posesión de Dios.
Ahora, nosotros somos su cuerpo, su Iglesia; fuimos purificados y
lavados para presentársela a sí mismo como la novia radiante, sin mancha ni
arruga, sino santa e intachable (Efesios 5:27).
Sin más vueltas, tanto tú, como yo somos su novia y nos regocijamos en
la bendita esperanza de verlo regresar pronto para llevarnos por siempre junto
a Él.
Todo el trabajo del
Señor Jesús aquí en la tierra no fue en vano.
Su cruel pasión y muerte nos reconcilió de una vez y para siempre.
¡Gloria a Dios por habernos tenido en cuenta para ser partícipes de tan hermoso
regalo!
Amado Señor: El mundo
está un caos de egoísmo y libertinaje que solamente tú puedes remediar. Muchas
gracias por habernos sacado de allí, y por el privilegio de presentarnos delante
de ti como la novia amada, limpia y sin mancha alguna. ¡Te amamos Señor y esperamos ansiosos tu
pronto regreso!
Un abrazo y
bendiciones.
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