viernes, 27 de junio de 2014

Buscar la excelencia no la perfección



No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. 
Filipenses 3:12.

Lectura: Filipenses 3:12-21.  Versículo del día: Filipenses 3:12.

MEDITACIÓN DIARIA

Si el apóstol Pablo que era un erudito en las Escrituras y que tuvo un encuentro directamente con el Señor cuando lo llamó a su ministerio, decía muy claramente que no era perfecto, con mayor razón nosotros que no somos tan versados ni tan entregados a su obra: “Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante” (v. 13). Sin embargo, nosotros tenemos la obligación de esforzarnos cada día más; de buscar la excelencia hasta alcanzar la meta para recibir el galardón que el Señor nos tiene preparado (v. 14).
En ocasiones se nos tilda o reprocha porque también caemos como cualquier humano, sin tener en cuenta que a pesar de ello ya hemos sido justificados por la sangre de Cristo. Siempre lo he dicho: podemos caer pero no nos quedamos en el suelo. De ahí tan importante la confesión inmediatamente nos damos cuenta que hemos fallado. “En todo caso, vivamos de acuerdo con lo que ya hemos alcanzado” (v. 16).
Esforcémonos en olvidar lo que queda atrás; no permitamos que las situaciones de malos momentos hagan huella en nuestro corazón.  Somos ciudadanos del cielo, no de esta tierra, y allí anhelamos recibir a nuestro Salvador Jesucristo (v. 20).  Busquemos la excelencia, no la perfección.

Amado Señor: Te damos gracias porque aun sabiendo que somos imperfectos, siempre estás dispuesto a levantarnos y proseguir la marcha hasta encontrar la meta de la patria celestial.  Gracias porque tú, que empezaste tan buena obra en cada uno de nosotros, la terminarás hasta el final.

Un abrazo y bendiciones.

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