miércoles, 25 de junio de 2014

Reconociendo el poder del Dios del universo



Me es grato darles a conocer las señales y maravillas que el Dios Altísimo ha realizado en mi favor.  ¡Cuán grandes son sus señales! ¡Cuán portentosas son sus maravillas! ¡Su reino es un reino eterno! ¡Su soberanía permanece de generación en generación! 
Daniel 4:2-3.


Lectura: Daniel 4:1-37.  Versículos del día: Daniel 4:2-3.

MEDITACIÓN DIARIA

Nabucodonosor, era el rey de Babilonia; una potencia de aquel tiempo y quien dominó muchos pueblos. El rey tuvo un sueño, que solamente se lo pudo interpretar Daniel. El sueño decía que sería apartado del reino por siete años y se iría a vivir en medio de los animales salvajes, comiendo pasto y empapándose con el rocío, hasta que no reconociera quien le había dado el poder. Aun advertido ya, tal parece que hizo caso omiso del anuncio y un día se ufanó de su ‘Gran Babilonia’, creyendo que todo lo grandioso lo había hecho con sus manos y por su propio esfuerzo.  Entonces escuchó lo pronosticado y eso se cumplió. Después de sufrir las consecuencias de su vivir en medio de animales,  con el pelo como plumas y las uñas como garras, Nabucodonosor tuvo que humillarse ante Dios y reconocer que el dominio es de Él y que lo entrega a quien quiera, y pone allí, hasta al más humilde (v. 17).   “Pasado ese tiempo yo, Nabucodonosor, elevé los ojos al cielo, y recobré el juicio. Entonces alabé al Altísimo; honré y glorifiqué al que vive para siempre: Su dominio es eterno; su reino permanece para siempre” (v. 34).
Un ejemplo claro de quien es el Rey del universo; de quién es soberano al quitar o poner gobernantes. Ojalá todos los que están en el poder puedan reconocer algún día lo mismo que Nabucodonosor: “Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia, y es capaz de humillar a los soberbios” (v. 37).  El que se enaltece será humillado y el que se humilla, será enaltecido (Mateo 23:12).

Amado Señor: Hoy te pedimos por todos nuestros gobernantes y quienes tienen puestos de autoridad, para que entiendan que si están ahí es con un propósito tuyo y que esa autoridad viene de ti. Oramos porque su corazón cambie completamente y te reconozcan como el Dios Altísimo, Salvador Eterno y Soberano Señor del universo.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: