viernes, 13 de junio de 2014

Escuchar atentamente para elegir el bien




Hoy les doy a elegir entre la bendición y la maldición: bendición, si obedecen los mandamientos que yo, el Señor su Dios, hoy les mando obedecer;  maldición, si desobedecen los mandamientos del Señor su Dios y se apartan del camino que hoy les mando seguir, y se van tras dioses extraños que jamás han conocido. 
Deuteronomio 11:26-28.


Lectura: Deuteronomio 11:1-31.  Versículos del día: Deuteronomio 11:26-28.

MEDITACIÓN DIARIA

Moisés ya viejo y cansado, después de haber trajinado por el desierto durante cuarenta años, les recuerda a la nueva generación de israelitas los mandatos del Señor.  Están a punto de conquistar la tierra prometida y él, los pone a elegir: bendición si los obedecen o maldición si desobedecen.  
El hombre es un ser dotado del libre albedrío o sea la capacidad que tienen los humanos para optar y tomar sus propias decisiones.  La lección no es solamente para su pueblo, es para todos: elegimos entre la bendición y la maldición. Otras traducciones dicen: ‘bendición, si escucháis los mandamientos del Señor vuestro Dios que os ordeno hoy’. O sea, que para obedecer primero tenemos que escuchar la orden y cuando ya tenemos pleno conocimiento de ella, nosotros tomamos la decisión de obedecerla o no.  Si nos vamos por el lado de cumplirla, obtendremos bendición; si por el contrario la rechazamos, las consecuencias llegarán envueltas en maldición.
En el diario vivir el cristiano se enfrenta a multitud de tropiezos y de tentaciones que tiene que sortear porque don Satán no se quedará quieto: nos pintará el pecado con bellezas y engaños.  Es ahí cuando la capacidad de decisión en el hombre se activará por el bien o por el mal. Por eso hay que ser persistentes en ellos (vv. 18-20).
Hemos escuchado sus mandatos, los hemos aprendido, meditado y por consiguiente tenemos que llevarlos a la práctica para decidir correctamente y gozar de ricas bendiciones.

Amado Señor: gracias te damos por los preceptos que nos has dejado y que queremos obedecer para recibir la bendición total de parte tuya.  Pon en nuestros corazones el escucharlos atentamente, de tal manera que hagamos de ellos un modo de vida continuo en nuestras vidas.

Un abrazo y bendiciones.

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