¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de carneros.1 Samuel 15:22.
Lectura: 1 Samuel
15:1-35. Versículo del día: 1 Samuel
15:22.
MEDITACIÓN DIARIA
Samuel le dice esto al
rey Saúl cuando fue a pelear contra los amonitas y no cumplió lo mandado por el
Señor, con la excusa de haber dejado lo mejor del ganado para ofrecérselo en
holocaustos y sacrificios. ¿Cuántas veces nosotros también creemos que vamos a
agradar a Dios con sacrificios que para Él no significan nada? Dios
demanda de nosotros obediencia, lealtad, Y prestar atención a lo ordenado. Si eso nos lo dice el Antiguo Testamento
donde siempre se sacrificaba un novillo o cordero por la expiación de los
pecados, con cuánta más razón no ahora, ya que el sacrificio del Señor Jesús
vino a remplazar todos aquellos sacrificios y ya no necesitamos de más. “Él es
el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no sólo por los nuestros
sino por los de todo el mundo” (1 Juan 2:2); “Porque con un solo sacrificio ha
hecho perfectos para siempre a los que está santificando” (Hebreos 10:14).
Cuando amamos al Señor
con todo nuestro ser, nos queda muy fácil el obedecerle; la obediencia es
consecuencia de nuestro amor a Dios. La
manera de no caer en estos errores es poner atención y cumplir a cabalidad sus órdenes.
“Amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas,
y amar al prójimo como a uno mismo, es más importante que todos los holocaustos
y sacrificios” (Marcos 12:33).
El Señor fue muy claro
con su pueblo al decirles: “Lo que sí les ordené fue lo siguiente: Obedézcanme.
Así yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo
que yo les ordene, a fin de que les vaya bien” (Jeremías 7:23). Y esto es lo mismo que ahora nos pide. “Así que sométanse a Dios” (Santiago 4:7a).
Amado Señor Jesús:
Queremos ser obedientes a ti para gozar plenamente de todas tus bendiciones. Enséñanos a caminar por fe, demostrando al
mundo el amor que has puesto en nuestros corazones al tener el gozo
proporcionado por tu Santo Espíritu. Deseamos
andar en tu verdad sin desviarnos del camino llevando fruto que permanezca para
siempre.
Un abrazo y
bendiciones.
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