martes, 24 de junio de 2014

Haciendo todo como para el Señor



Sirvan de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres. 
Efesios 6:7.

Lectura: Efesios 6:5-9.  Versículo del día: Efesios 6:7.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor da estas instrucciones por intermedio de Pablo. Él se dirige a los esclavos aquí, pero bien podemos tomarlo para los trabajadores en común, puesto que la esclavitud, ya no existe.  Y es que a Dios no se le queda nada por fuera del ‘Manual del hombre’ como se dice que es la Biblia.  Dios quiere que haya una buena relación entre trabajadores y amos, pero para esto tiene que existir ante todo respeto y obediencia. Hay mandatos tanto para unos como para otros: “Esclavos, obedezcan a sus amos terrenales con respeto y temor, y con integridad de corazón, como a Cristo” (v. 5). Pero los amos, los jefes, los que tienen el poder en la mano, también deben de obrar correctamente; siendo justos, imparciales y misericordiosos con sus obreros: “Y ustedes, amos, correspondan a esta actitud de sus esclavos, dejando de amenazarlos” (v. 9a).
Es triste ver que en muchas ocasiones empresarios han deseado ayudar a sus hermanos espirituales pero sin lograr un efecto positivo. Tal pareciera que por el hecho de ser las dos partes cristianas, el empleado, en la mayoría de los casos confunde la responsabilidad con la devoción. No es así; no se tiene que estar con una Biblia debajo del brazo todo el día y recitando versículos a diestra y siniestra.  La mejor manera de compartir, es dando fiel testimonio de lo que somos.  Nuestro trabajo debe ser siempre excelente como quien sirve al Señor y no a los hombres como: “esclavos de Cristo” (v. 6), sabiendo que Él nos recompensará por el bien hecho (v. 8). Igual por parte de los empresarios o jefes; no creyendo que por el otro ser cristiano, lo va a pasar por encima y se olvida completamente de sus obligaciones como tal.   Debe de existir una sana convivencia entre las dos partes, recordando que  tenemos el mismo Amo en el cielo, quien  juzgará a todos por igual (v. 9b).

Amado Señor: Te pedimos que nos enseñes a ocupar el lugar que nos corresponde con sabiduría, discernimiento, respeto y obediencia.  Gracias porque nos has dejado unas pautas a seguir y queremos hacer tu voluntad para agradarte y dar testimonio de que somos tus hijos.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: