No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.Filipenses 2:3.
Lectura: Filipenses 2:1-11. Versículo del día: Filipenses 2:3.
MEDITACIÓN DIARIA
La verdad, yo quería
pasar por alto este versículo, pero el Espíritu Santo me hizo retroceder.
Muchas veces recibimos ofensas de personas que consideramos fatuas o tontas y
quizá pasa que por venir de ellas, más
rabia nos da. El Señor es experto en
ponernos en medio de situaciones difíciles para ver hasta dónde llega nuestra
madurez espiritual. ¿Qué tanto es el
amor que decimos tener? ¿Qué tanta la misericordia y el perdón?
Este versículo me ha
hecho recapacitar y reflexionar, si de verdad considero a quien me ha lastimado,
como superior a mí. ¡Humm, cuánto nos
cuesta! Tal vez, las palabras en defensa que teníamos para ellos sean las
mismas que les estamos criticando. Por
eso: “No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como
juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a
ustedes” (Mateo 7:1-2). ¿No seré más
bien yo, la presumida y vana a quien estaba reprochando?
Dice más adelante la
lectura de hoy que nuestra actitud debe ser como la de Cristo, quien siendo
Dios, no se aferró a esa condición sino que se rebajó voluntariamente para
hacerse siervo; se humilló y se hizo obediente hasta la muerte (vv. 5-8). Si eso lo hizo el Señor, siendo Dios, ¿quién
nos creemos que somos para actuar con arrogancia?
Amado Señor: Te pedimos
perdón por las veces que hemos dejado que el orgullo aflore en nuestras vidas y
que por no perdonar como nos mandas, actuamos con desdén, egoísmo y presunción. Enséñanos a tener siempre una actitud de
humildad y obediencia para ser bendecidos como lo quieres hacer en nuestras
vidas.
Un abrazo y
bendiciones.
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