Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas.Salmo 23:2b-3a.
Lectura: Salmo
23:1-6. Versículos del día: Salmo
23:2b-3a.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor como buen Pastor
cuida a cada una de sus ovejitas y sabe cómo tratarlas. Si ve que alguna se está desviando, con su
cayado la atrae nuevamente al redil. No
creamos que esa vara es para dar garrote tras garrote; al revés, es que en el
extremo superior las varas de los pastores tienen una especie de ganchito, más
exactamente una curva y cuando sus ovejitas quieren desviarse, con su gancho
las vuelve a colocar en su puesto.
David rodeado de
enemigos que querían verlo aniquilado, pone su confianza total en el Señor como
el más grande Pastor de su vida y él más
que nadie sabía lo que hacía un pastor por sus ovejas (1 Samuel 17:34-35).
¿Estás en el rebaño del
Señor? Entonces, a pesar de los problemas
que tengas que afrontar, continúa ahí. Tú no eres la excepción. De ti también
está pendiente; si hoy estás afligido, desolado, herido, abatido por las
dificultades económicas, físicas o emocionales, tu Pastor no te dejará. Mira lo
que dice: “Yo mismo apacentaré a mi rebaño, y lo llevaré a descansar… recogeré
a las extraviadas, vendaré a las que estén heridas y fortaleceré a las débiles”
(Ezequiel 34:15-16).
No hay que temer mal
alguno, el Señor nos levantará como cabeza en presencia de nuestros enemigos (el
enemigo de la enfermedad, de la escasez, del rompimiento de un hogar, de la
pérdida de un ser querido, del trabajo, etc.), ¡tenemos tantos enemigos! Pero
Él adereza una mesa llena de bendiciones (v. 5 en la lectura); fluirá el poder
de su Santo Espíritu y todo aquello perdido será restituido y nuestras vidas
restauradas, porque su amor y bondad por siempre nos acompañarán (v. 6).
Amado buen Señor:
Gracias por cuidar de nosotros como lo haces. Gracias porque cuando nos salimos
del rebaño, con amor y ternura nos vuelves a atraer. Gracias porque tu vara nos
reconforta y a pesar de las dificultades, el propósito tuyo en nuestras vidas,
está por encima de esos fracasos o aflicciones. ¡Gracias buen Pastor!
Un abrazo y
bendiciones.
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