Yo recibí del Señor lo mismo que les transmití a ustedes: Que el Señor Jesús, la noche en que fue traicionado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este pan es mi cuerpo, que por ustedes entrego; hagan esto en memoria de mí». De la misma manera, después de cenar, tomó la copa y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; hagan esto, cada vez que beban de ella, en memoria de mí». Porque cada vez que comen este pan y beben de esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que él venga.1 Corintios 11:23-26.
Lectura: 1 Corintios
11:17-34. Versículos del día: 1
Corintios 23-26.
MEDITACIÓN DIARIA
En general, el pueblo
cristiano se une a estas fechas tradicionales para conmemorar la pasión, muerte
y resurrección de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. Como para muchos ya
pasan desapercibidos estos días recordemos la importancia de la Cena. El Señor la instituyó precisamente, como preámbulo
a su pasión.
En todas las iglesias
cristianas se celebra en los servicios la Cena del Señor, que no es otra cosa
que cumplir con su mandato para recordar su sacrificio (Mateo 26:2629; Marcos
14:22-24; Lucas 22:19-20). El apóstol
Pablo nos aclara y enfatiza la importancia que se debe tener en este acto, para
no tomarla indignamente. Personalmente
considero que en las iglesias poco se tienen en cuenta las instrucciones y
muchos son los que la reciben sin saber incluso su significado. “Por lo tanto,
cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor de manera indigna, será
culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor” (v.27 en la lectura). Debemos examinarnos antes de tomarla “Porque el que come y bebe sin discernir el
cuerpo, come y bebe su propia condena. Por eso hay entre ustedes muchos débiles
y enfermos, e incluso varios han muerto (vv. 29-30). Miremos hasta dónde pueden llegar las causas
de hacerlo indignamente.
Otra apreciación
personal es que la Biblia nos manda esperarnos unos a otros para tomarla (v.
33), y con tristeza yo veo que muchas veces por la premura del tiempo, ni
siquiera los pastores esperan a que todos tengan en su mano el pan y el vino.
Cambiemos nuestra
actitud. La Cena es de los momentos más íntimos con el Señor. Celebremos este
encuentro con Jesús con corazón contrito y humillado, proclamando su muerte y
esperando su venida gloriosa.
Amado Señor Jesús: Te
damos gracias por enseñarnos a tomar la Cena de una manera digna. Te pedimos
perdón por las veces que la hemos recibido sutilmente, como despreciando lo que
hiciste por nosotros al derramar tu sangre y moler tu cuerpo para perdón de
nuestros pecados.
Un abrazo y
bendiciones.
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