Si se enojan, no pequen; en la quietud del descanso nocturno examínense el corazón.Salmo 4:4.
Lectura: Salmo
4:1-8. Versículo del día: Salmo 4:4.
MEDITACIÓN DIARIA
Nadie está exento de
enojarse, pero sí de controlarse. Una
cosa es molestarse e incluso enfurecerse, y otra muy diferente dejarse llevar
por la ira. Cuando la ira no se controla
puede llegar a causar estragos lamentables. El rey David por eso aconseja en el Salmo que
en la noche tranquila, cuando ya estemos en otra tónica, reflexionemos y
miremos que fue lo que nos impulsó a desbordar la furia. La noche impregna un silencio y un sosiego
que no tenemos durante el día; y en esa calma podemos ver las circunstancias
con otros ojos.
En el Nuevo Testamento se
agrega algo más que deberíamos tener siempre en cuenta: “«Si se enojan, no
pequen». No dejen que el sol se ponga estando aún enojados” (Efesios 4:26). Lo mejor entonces, es no acostarnos teniendo
una carga de disgusto contra alguien en el corazón. Lo más seguro es que esa circunstancia nos
afectará el sueño sin dejarnos descansar en paz. Si tenemos que pedir perdón,
hagámoslo; y si la otra persona fue la que nos agredió, perdonémosla. Así no dejaremos crecer raíces de amargura y
podemos reposar como nos lo dice el versículo 8 de la lectura: “En paz me
acuesto y me duermo, porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado”.
Amado Señor: Gracias
por tu bendita Palabra que siempre está dispuesta para que la entendamos y
aprendamos. Gracias porque todas estas
enseñanzas son para que llevemos una vida abundante y con mayor tranquilidad
como son tus deseos. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario