sábado, 19 de abril de 2014

Su Palabra es un tesoro dulce



Son más deseables que el oro, más que mucho oro refinado; son más dulces que la miel, la miel que destila del panal. 
Salmo 19:10.


Lectura: Salmo 19:7-14.  Versículo del día: Salmo 19:10

MEDITACIÓN DIARIA

Cuando amamos, deseamos estar con esa persona el mayor tiempo posible. Si todavía no somos casados, anhelamos un matrimonio donde podamos conocernos más y unir por siempre esos lazos de amor.
Pues bien, con Jesús es exactamente lo mismo. Lo conocemos y aceptamos en nuestras vidas como Señor y Salvador.  Empieza una relación profunda y para esto, tenemos que recurrir a su Palabra.  Digamos que viene a ser como sus cartas de amor para seducirnos más y cimentar en cada uno su verdad.  Entonces la Palabra de Dios se nos convierte en un dechado del cual sustraemos todo lo que necesitamos para llevar una vida conforme a la voluntad divina.
El oro es un metal imperecedero que se puede trabajar e ir puliendo hasta alcanza su cometido. Y la miel un alimento con propiedades medicinales, de la cual se dice que también puede ser imperecedera cuando se almacena de forma segura.  Cuando deseamos la Palabra de Dios como el oro, estamos poniendo en manos de nuestro buen Diseñador el anhelo de un cambio que Él se encarga de pulir hasta alcanzar su obra majestuosa. Y con la miel queremos endulzar nuestra vida cotidiana, la cual nos damos cuenta que en la limada, nos deja muchos sinsabores. 
Dios quiere que seamos como oro refinado; brillando siempre aun cuando todo parezca oscuro.  Quiere que nos alimentemos de su ley perfecta; recta y digna de confianza  para vivir una vida  nueva con sabiduría,  alegría,  luz y pureza delante de Él  (vv. 7-9).

Amado Señor: Gracias por tu Palabra.  Enséñanos a verla como el mayor tesoro que podemos guardar en nuestro corazón, y permite que día a día nos alimentemos con la dulzura de ella.

Un abrazo y bendiciones.

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