Además, busquen el bienestar de la ciudad adonde los he deportado, y pidan al Señor por ella, porque el bienestar de ustedes depende del bienestar de la ciudad».Jeremías 29:7.
Lectura: Jeremías 29:1-23. Versículo del día: Jeremías 29:7.
MEDITACIÓN DIARIA
Esto fue lo que el
Señor profetizó para todos los deportados a Babilonia a través de Jeremías. De la lectura podemos tomar para nosotros, el
también orar por la ciudad o país donde por diferentes circunstancias nos
encontremos. Es un deber hacerlo: “porque
el bienestar de ustedes depende del bienestar de la ciudad”.
Creo que en nuestro
caso, sería muy diferente Bogotá, si al menos los miles de cristianos que nos
encontramos aquí, oráramos todos días por esta ciudad. Bogotá es una ciudad cosmopolita, donde la mayoría
de los que la habitan son colombianos pero oriundos de otros departamentos; por
eso mismo no hay un sentimiento de pertenencia que tanta falta hace.
Podemos aprender que el
Señor también nos insta a orar por el lugar donde habitemos sea cual fuere el hecho
por el que nos haya llevado hasta allí. En los planes de Dios estaba el ubicarnos
en ese sitio, y así no lo entendamos, sea por A, o sea por B, es ahí donde el
Señor también nos demostrará su amor y misericordia, derramando ricas
bendiciones sobre nuestras vidas: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo
para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de
darles un futuro y una esperanza”. (v. 11).
Entonces, ejercitémonos
en orar desde ahora como nos exhorta Dios
que lo hagamos: “Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias,
oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, especialmente por los gobernantes
y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos
una vida piadosa y digna” (1 Timoteo 2:2). Al fin de cuentas toda autoridad ha sido dispuesta
por Dios (Romanos 13:1).
Amado Señor: Gracias por
tenernos en este lugar. Bendice esta
ciudad y a todos sus habitantes. Te rogamos por sus dignatarios para que ellos
tengan temor de ti y actúen con justicia y misericordia. Gracias porque es aquí donde manifestarás tu
poder y gloria sobre nosotros. Quizá no
lo entendamos; pero en tu infinita sabiduría, potestad y soberanía nos conoces
exactamente, y sabes hacia dónde quieres dirigirnos. Gracias Señor por tu Palabra, porque ella es
verdad y luz para la humanidad.
Un abrazo y
bendiciones.
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