domingo, 6 de abril de 2014

Orar por la ciudad donde residimos




Además, busquen el bienestar de la ciudad adonde los he deportado, y pidan al Señor por ella, porque el bienestar de ustedes depende del bienestar de la ciudad». 
Jeremías 29:7.


Lectura: Jeremías 29:1-23.  Versículo del día: Jeremías 29:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Esto fue lo que el Señor profetizó para todos los deportados a Babilonia a través de Jeremías.  De la lectura podemos tomar para nosotros, el también orar por la ciudad o país donde por diferentes circunstancias nos encontremos.  Es un deber hacerlo: “porque el bienestar de ustedes depende del bienestar de la ciudad”. 
Creo que en nuestro caso, sería muy diferente Bogotá, si al menos los miles de cristianos que nos encontramos aquí, oráramos todos días por esta ciudad.  Bogotá es una ciudad cosmopolita, donde la mayoría de los que la habitan son colombianos pero oriundos de otros departamentos; por eso mismo no hay un sentimiento de pertenencia que tanta falta hace. 
Podemos aprender que el Señor también nos insta a orar por el lugar donde habitemos sea cual fuere el hecho por el que nos haya llevado hasta allí. En los planes de Dios estaba el ubicarnos en ese sitio, y así no lo entendamos, sea por A, o sea por B, es ahí donde el Señor también nos demostrará su amor y misericordia, derramando ricas bendiciones sobre nuestras vidas: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”. (v. 11).
Entonces, ejercitémonos en  orar desde ahora como nos exhorta Dios que lo hagamos: “Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna” (1 Timoteo 2:2).  Al fin de cuentas toda autoridad ha sido dispuesta por Dios (Romanos 13:1).

Amado Señor: Gracias por tenernos en este lugar.  Bendice esta ciudad y a todos sus habitantes. Te rogamos por sus dignatarios para que ellos tengan temor de ti y actúen con justicia y misericordia.  Gracias porque es aquí donde manifestarás tu poder y gloria sobre nosotros.  Quizá no lo entendamos; pero en tu infinita sabiduría, potestad y soberanía nos conoces exactamente, y sabes hacia dónde quieres dirigirnos.  Gracias Señor por tu Palabra, porque ella es verdad y luz para la humanidad.

Un abrazo y bendiciones.

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