viernes, 11 de abril de 2014

Cimentarnos en su Palabra




Cuando los fundamentos son destruidos, ¿qué le queda al justo? 
Salmo 11:3.


Lectura: Salmo 11:1-7.  Versículo del día: Salmo 11:3.

MEDITACIÓN DIARIA

Buena pregunta para hacernos los cristianos: ¿qué estamos haciendo?  Los fundamentos se están destruyendo porque el enemigo quiere arrasar con las familias primero que todo y quiere cambiar el orden de Dios. Los jóvenes y niños no se quedan atrás por la violencia desatada sobre ellos, donde son víctimas de agresores tanto escabrosos como inmorales.
Muy seguramente nos sentiremos asfixiados,  preocupados y nos creemos la idea de que el mundo está imposible y no podemos hacer nada para detener esta afrenta contra los principios cristianos.  Si eso es lo que pensamos, entonces que estamos derrotados.  Es como si le abriéramos de par en par las puertas a Satán para permitirle que siga con sus fechorías.  Personalmente considero que tenemos que empezar por casa orando, batallando contra el enemigo; insistiendo, persistiendo y sin llegar a desistir. Hay que llevar una vida completamente íntegra; dejar en manos del Señor todo, absolutamente todo lo nuestro, para que sea Él quien nos dirija con su mano y nos guarde del mal.
No debemos temer.  Nuestros fundamentos están construidos  en la Palabra de Dios, y Él dice: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán” (Mateo 24:35). Satanás: el mentiroso, el engañador, nos hará creer que está ganando pero no es así.  Mientras estemos en este mundo, somos la sal de la tierra (Mateo 5:13), y la luz del mundo (Mateo 5:14).  El mundo puede estar inundado de pecado, pero nosotros somos los encargados de preservarlo. Hay que hablar con palabras sazonadas con sal (Colosenses 4:6), de tal manera que los que nos escuchen y vean nuestro comportamiento, sientan sed espiritual y quieran volcarse también a los píes del Señor.  Entonces, Satanás habrá ganado aparentemente algunas batallas pero no la guerra, porque la victoria es del Señor.  ¡Gloria a Dios! 

Amado Señor: Gracias porque nuestros fundamentos están cimentados en tu Palabra y tu Palabra prevalecerá por siempre. Gracias porque somos los encargados de ponerle sabor a este mundo frío, seco, incrédulo y pecador.  Permite que la luz tuya reflejada en nosotros, brille en medio de tanta oscuridad.

Un abrazo y bendiciones.

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