Cuando los fundamentos son destruidos, ¿qué le queda al justo?Salmo 11:3.
Lectura: Salmo
11:1-7. Versículo del día: Salmo 11:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Buena pregunta para
hacernos los cristianos: ¿qué estamos haciendo?
Los fundamentos se están destruyendo porque el enemigo quiere arrasar
con las familias primero que todo y quiere cambiar el orden de Dios. Los
jóvenes y niños no se quedan atrás por la violencia desatada sobre ellos, donde
son víctimas de agresores tanto escabrosos como inmorales.
Muy seguramente nos
sentiremos asfixiados, preocupados y nos
creemos la idea de que el mundo está imposible y no podemos hacer nada para detener
esta afrenta contra los principios cristianos.
Si eso es lo que pensamos, entonces SÍ que estamos
derrotados. Es como si le abriéramos de
par en par las puertas a Satán para permitirle que siga con sus fechorías. Personalmente considero que tenemos que
empezar por casa orando, batallando contra el enemigo; insistiendo,
persistiendo y sin llegar a desistir. Hay que llevar una vida completamente
íntegra; dejar en manos del Señor todo, absolutamente todo lo nuestro, para que
sea Él quien nos dirija con su mano y nos guarde del mal.
No debemos temer. Nuestros fundamentos están construidos en la Palabra de Dios, y Él dice: “El cielo y
la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán” (Mateo 24:35). Satanás: el mentiroso, el engañador, nos hará
creer que está ganando pero no es así.
Mientras estemos en este mundo, somos la sal de la tierra (Mateo 5:13),
y la luz del mundo (Mateo 5:14). El
mundo puede estar inundado de pecado, pero nosotros somos los encargados de
preservarlo. Hay que hablar con palabras sazonadas con sal (Colosenses 4:6), de
tal manera que los que nos escuchen y vean nuestro comportamiento, sientan sed
espiritual y quieran volcarse también a los píes del Señor. Entonces, Satanás habrá ganado aparentemente
algunas batallas pero no la guerra, porque la victoria es del Señor. ¡Gloria a Dios!
Amado Señor: Gracias
porque nuestros fundamentos están cimentados en tu Palabra y tu Palabra
prevalecerá por siempre. Gracias porque somos los encargados de ponerle sabor a
este mundo frío, seco, incrédulo y pecador.
Permite que la luz tuya reflejada en nosotros, brille en medio de tanta
oscuridad.
Un abrazo y
bendiciones.
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