sábado, 12 de abril de 2014

Busca la verdad y no la vendas




No hacen sino mentirse unos a otros; sus labios lisonjeros hablan con doblez.  
 Salmo 12:2. 


Lectura: Salmo 12:1-8.  Versículo del día: Salmo 12:2.

MEDITACIÓN DIARIA

A través de la Biblia, Dios nos advierte sobre la mentira.  Bien sabemos que el padre de la mentira es Satanás (Juan 8:44), y él encantado de ver que las personas se engalanan con palabras farsantes.  La mentira no tiene obstáculo en ningún círculo social, ni racial, ni religioso y mucho menos en el campo político.  Todos por igual dejan fluir sus labios en un cerro de mentiras: “Se engañan unos a otros; no se hablan con la verdad. Han enseñado sus lenguas a mentir,  y pecan hasta el cansancio” (Jeremías 9:5).
Hay muchas maneras de mentir. Unos llaman: ‘mentiras piadosas’ a algo que no ven tan grave, pero lo cierto es que es una mentira. Se miente cuando se exagera, cuando se habla hipócritamente, cuando se incumplen las promesas, cuando se desatan chismes; y también cuando en un texto verídico, se mete una cuñita mentirosa. Esa ‘mentirita’, daña el resto del contexto. El mentiroso nunca es confiable, tiene un corazón doble y puede llegar hasta los extremos más grandes con tal de salirse con la suya.
El Señor Jesús nos dice: “Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno” (Mateo 5:37).  Ahora, si somos personas nuevas, dejemos la naturaleza vieja atrás; hay que ponernos: “el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.  Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad” (Efesios 4:24-25a).  Como cristianos tenemos que crear el hábito de la verdad, la franqueza, la sinceridad y la autenticidad para no pecar y agradar a Dios. Hay que buscar la verdad; adquirirla y hacer de ella nuestro modo de vida. “Compra la verdad y no la vendas” (Proverbios 23:23 VRV).

Amado Señor: Enséñanos a ser personas que verdaderamente vivamos lo que predicamos, para no ser un instrumento más  en las manos del enemigo. Gracias porque tenemos a tu Santo Espíritu quien nos dirige a toda verdad y nos da el poder con el fruto del dominio para dejar a un lado tanta palabra vana e impertinente que sale de nuestros labios.

Un abrazo y bendiciones.

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