jueves, 29 de agosto de 2013

El mensaje es para nosotros




Por lo tanto, adviértele al pueblo que así dice el Señor Todopoderoso: “Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes —afirma el Señor Todopoderoso—.   
Zacarías 1:3.


Lectura: Zacarías 1:1-6.  Versículo del día: Zacarías 1:3.

MEDITACIÓN DIARIA

Las noticias de mi país no son nada halagadoras: violencia y más violencia por todo lo largo y ancho.  ¡Qué tristeza!  Pero los cristianos sabemos muy bien quien es el que quiere robar, matar y destruir.  El enemigo está feliz, porque logra acabar con las esperanzas de paz.  O más bien, pienso yo, está airado porque se vislumbra un proceso de paz y a él es a quien menos le conviene. 
Dentro de mi corazón surgen preguntas concernientes: ¿qué está haciendo la Iglesia al respecto?  ¿Cuál es su posición? Considero que el pueblo de Dios debe recibir este mensaje: “Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes”.  Sí, no te extrañes; es para ti, para mí, para todos los que confesamos una fe en el Señor Jesucristo. Recordemos lo que dice 1 Crónicas 7:14: “si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra”. ¿Quiénes llevamos el nombre del Señor a cuestas? ¿Los de afuera?  ¿Los tirapiedra y encapuchados?   ¿Los que queman el transporte y saquean los almacenes?  No, ellos no. Somos nosotros y es nuestra responsabilidad levantarnos como nunca a orar y humillarnos ante nuestro Dios; clamando por el pecado que abunda sobremanera. Entonces, el Señor escuchará y sanará esta tierra.
Ya es hora de hacerlo.  La Iglesia de Cristo no puede seguir dividida porque eso es lo que le conviene a Satanás: “divide y reinarás”.  Es primordial unirnos en oración  y ayuno por nuestra nación.  Orar por los gobernantes para que el Señor les de discernimiento, sabiduría y ejerzan su mandato con justicia social.  Orar también por los alzados en armas y por la fuerza pública. Orar porque Colombia entera vuelva los ojos al Señor Todopoderoso y entienda que Jesús vino a darnos verdadera libertad, vida y paz, y que su paz es diferente a como la da el mundo.  ¿Quieres comprometerte?  ¡Hazlo por los tuyos!

Amado Señor: Hoy nuestros ruegos son por nuestra patria maltratada y dolida. Te pedimos perdón, porque quizá otros intereses nos desvían de ser verdaderos ciudadanos y comportarnos como buenos cristianos.  También te pedimos perdón por los pecados cometidos desde tiempo atrás que dejaron huellas irreparables en corazones  destrozados. Perdona la idolatría, el robo y hurto constante de camisa blanca; perdona la indiferencia hacia ti y tanta sangre derramada.   Mira por favor la aflicción de huérfanos, viudas, madres sin sus hijos, pequeños empresarios sin sus negocios, dueños de carros quemados y devastación completa alrededor; ¡ten compasión de esta tierra Señor!  Gracias buen Dios porque tú escuchas nuestra oración.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: