martes, 20 de agosto de 2013

También es responsabilidad nuestra




Cuiden como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo, no por obligación ni por ambición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere. 
1 Pedro 5:2.


Lectura: 1 Pedro 5:1-11.  Versículo del día: 1 Pedro 5:2.

MEDITACIÓN DIARIA

A lo largo del Antiguo Testamento se nos menciona en diferentes oportunidades que muchos hombres sobresalientes de la Biblia eran pastores de ovejas (Abraham, Jacob, Moisés, David).  Estos hombres, nos enseñan que hay que alimentarlas, darles de beber, dejarlas reposar en campos verdes, no forzarlas, darles cierta independencia para que se puedan mover libremente, etc.  Además de esto, hay que  cuidar que no venga ningún depredador y las tome como presa fácil, al punto si es necesario, poniendo la propia vida en peligro por salvarlas. Al respecto, David se enfrentaba a leones y osos para defenderlas (1 Samuel 17:34-35).  Quizá por todas estas responsabilidades que se tornan más en cualidades, el Señor toma como referencia al pastor de ovejas físicas para nombrar del mismo modo a los guías espirituales. 
En el Nuevo Testamento, Jesús mismo se definió como el buen Pastor que da la vida por sus ovejas (Juan 10).   Y más adelante no solamente Pedro nos habla al respecto, también Pablo  afirmó: “Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre” (Hechos 20:28).  Definitivamente el pastor, debe tener un don de servicio grandísimo.
No soy quien para juzgar a ningún líder espiritual, simplemente espero que se apersonen de sus responsabilidades porque sí, se encuentran muchas ovejitas por ahí indefensas, maltratadas, olvidadas y señaladas; es a Dios mismo a quien tienen que rendir cuentas de su misión (Hebreos 13:17).  De nuestra parte, nos corresponde orar por ellos, puesto que también están al acecho del enemigo.  Ahora, creo que de alguna manera, todos nos convertimos al instruir a otros en ‘pastor de ovejas’.  No miremos solamente la viga en el ojo ajeno, examinémonos y quitémonos primero la nuestra.  ¿Estamos haciendo la parte que nos corresponde?

Amado Señor: Tú eres el Pastor por excelencia. Gracias porque siempre estás cuidado de nosotros, alimentándonos con tu Palabra; haciéndonos reposar en verdes prados; conduciéndonos a aguas tranquilas para beber y tomar nuevas fuerzas. Que tu ejemplo Señor, nos sirva para ser del mismo modo con quienes están a nuestro encargo.

Un abrazo y bendiciones.

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